Hacia mediados del siglo XX, un geofísico de la universidad de Chicago, empleado en la compañía petrolera Shell, y de nombre Marion King Hubbert, tuvo una serie de brillantes ideas en torno al comportamiento de la industria petrolera. Hablando con todo rigor, las ideas de Hubbert no estuvieron colmadas de completa originalidad. Se puede decir que sus aportes consistieron en aquello de traducir el recurso petróleo a su naturaleza finita en un proceso típico de producción y, sobre todo, en encontrar un modelo matemático que pronosticara con alguna exactitud el comportamiento futuro de la producción de este recurso en los Estados Unidos.
En la teoría de Hubbert se establece que la producción de un yacimiento petrolero sigue una ruta típica que implica una fase inicial de crecimiento exponencial de la producción, seguido por un pico o meseta de máxima producción, para terminar luego con una fase de salida donde la producción decae rápidamente, a tasa exponencial. Todo el proceso cesa cuando se alcanza el punto de no viabilidad económica del yacimiento. Y como el criterio fundamental en la determinación de la viabilidad económica de un yacimiento es la energía neta que éste produce, se entiende que un yacimiento dejará de ser explotado cuando la extracción de un barril de petróleo cueste un barril de petróleo o más.
Hubbert logró ajustar a los datos de la producción petrolera en EUA una curva de Gauss. Esta curva ideal, cuando vista en una gráfica, describe el perfil tan característico de una campana. Y este ajuste matemático fue lo que le permitió a Hubbert hacer sus pronósticos. Y así, para 1956 Hubbert presentó sus pronósticos y anunció a la comunidad científica de su área que los Estados Unidos alcanzaría el “Pico del petróleo” hacia el año de 1971. Como puede ver el lector, Hubbert lanzó un dato probable a futuro con una anticipación de quince años. Sin embargo, y como suele suceder en estos casos, la comunidad científica, compañías petroleras y gobierno estadounidense, no pusieron gran atención a este anuncio.
Pero apenas entrando la década de los años setenta del siglo XX sucedió que las cosas se ajustaron a los pronósticos de Hubbert. En efecto, los EUA entraron a una fase de máxima extracción donde, pese a los mejores esfuerzos de la industria, la producción no incrementó en términos netos. Todo indicaba que se había cumplido la “profecía” de Hubbert. Y se había cumplido con un error de tan solo un año.
Por supuesto que aquel evento profético, fundado en la ciencia de los números, armó revuelo en la industria y la comunidad científica, y no pasó mucho tiempo para que Marion fuera llamado por un comité del senado de los EUA.
Desde entonces, han pasado varias cosas muy importantes para todo el mundo.
Las crisis empalmadas de los EUA:
En efecto, desde principios de la década de los setenta del siglo pasado los EUA entraron a la fase de declive en su industria petrolera. Cada año la producción decaía sin cesar, y esto llevó a la potencia mundial a pasar de ser un exportador neto a un importador neto, acrecentando cada vez más, con ello, su dependencia con respecto a la producción de los países exportadores de petróleo. Pero este calambre le llegó al gigante empalmado con dos crisis más.
Por un lado, se empiezan a verificar los primeros déficits comerciales de los EUA en el siglo XX. Por otro lado, se verifican las crisis energéticas por los conflictos políticos en medio oriente.
La conjunción de estas crisis colapsan las posibilidades del gigante para seguir sosteniendo el sueño americano. La realidad cruda era que el gigante estaba ya dejado atrás su empeño industrioso, estaba sin petróleo y necesitaba seguir creciendo para sostener su estatus de poder hegemónico. ¿Qué hacer?
Lejos de considerar un prudente “comenzar de nuevo”, un recuperar el ánimo industrioso, los EUA optaron por la vía de la especulación monetaria. Esto es inaugurado por Richard Nixon con la devaluación, que no implicó otra cosa que la ruptura gradual de los viejos acuerdos de Bretton Woods para poder emitir dinero fácil, dólares sin otro respaldo que la fama pública de los EUA.
Recuerdo al lector que los acuerdos de Bretton Woods se establecieron para desplazar al antiguo proteccionismo con un nuevo orden económico internacional que normara las transacciones comerciales y financieras ente los países, y con el dólar americano como moneda internacional, pero respaldado en oro. Para estos efectos, se crearon el BM y el FMI.
La lógica de esta solución especulativa es muy simple de entender: “¿Quiero más bienes y servicios para seguir manteniendo mi estatus?...Simple: imprimo mas dólares, y más dólares, y más dólares…”.
En palabras llanas, este sistema de especulación equivale a un EUA viviendo y sosteniendo su estatus a través del subsidio mundial con cachirul, con moneda falsa. Y hay que decir que la instalación de este mecanismo de especulación monetaria resultó muy fácil toda vez que los Estados Unidos ya contaban con el entramado institucional y legal para ese efecto: su moneda era la divisa internacional, válida para todo fin, y era el principal accionista del BM y el FMI.
Y bueno, si hubiere alguien que no se mostrara de acuerdo con este nuevo orden económico especulativo, siempre estaba a la mano la falsimedia para acusarlo de terrorista, guerrillero, Demonio o dictador, como fase preliminar y justificatoria para la operación garrote a cargo del cuerpo de marines.
Por difícil que resulte de creerlo, los actuales problemas de los EUA, consistentes en una economía en crisis estructural, déficit comercial y petrolero y deuda impagable, tienen su fondo en ese giro especulativo de los años setenta del siglo pasado. De igual forma, esto también explica el neoliberalismo y, en última instancia, el mismo escenario de crisis global y de belicismo de los tiempos que corren. Pero esto es tema para otro apunte. Sigamos con nuestro asunto.
La solución del gigante yanqui a su crisis energética: Los petrodólares.
La crisis petrolera fue resuelta bajo la misma tónica. En este caso, los EUA optaron por “persuadir” a las monarquías petroleras del medio oriente a fin de que procedieran a establecer al dólar yanqui como la moneda única para el comercio petrolero. Y la lógica aquí es la que ya vimos antes: “Quiero más petróleo para crecer, imprimo más dólares”.
La fiebre por el “Pico de petróleo”:
Ahora bien, desde que la hipótesis de Hubbert se verificó empíricamente para el caso de los EUA, fue surgiendo en muchos medios científicos, sobre todo del primer mundo, una fiebre por los estudios en la industria petrolera con el modelo matemático de Hubbert como paradigma central. Los estudios se han referido a países específicos, o bien a nivel global, planetario. Estos esfuerzos de investigación parecen llegar a los siguientes puntos de acuerdo:
1. Finalmente – y en un acto de cordura, creo -, se reconoce que el petróleo es un recurso finito.
2. La producción mundial está en la vecindad del pico petrolero. Algunos dicen que estamos por arribar a él, otros que ya estamos en él, y otros que ya lo pasamos y que estamos iniciando la fase de declive. En este caso hay mucho desacuerdo sobre el año específico del pico mundial. Unos dicen que fue en el 2000, otros que poco antes, otros que entre 2010 y 2015.
La dudosa reputación de los datos de reservas de petróleo:
Este desacuerdo en la predicción del año del pico mundial se debe a la tremenda dificultad que existe en cuanto al acceso a los datos sobre las verdaderas reservas de petróleo en los países exportadores, porque esa información se ha convertido, desde los años setenta, en un secreto de estado para esos países. Claro que se publican esos datos. Incluso algunas compañías petroleras los manejan en sus páginas de internet – British Petroleum es la más rica en información, según mi opinión -.
Es muy poco probable que los datos publicados sobre reservas estén desinflados para generar escenarios artificiales de escasez, con sus altos precios como consecuencia, por la simple y sencilla razón de que la posición estratégica de los países exportadores depende de ese recurso. Ellos existen en un lugar privilegiado en la agenda política y financiera del mundo por esa riqueza natural. Así que ese factor más bien nos habla de que pueda existir mayor inclinación de ellos a inflar las reservas, tal como estiman los investigadores expertos en esta materia. Y si las cosas son así, entonces los pronósticos en este campo deberán ser tomados como optimistas, pese a los ajustes de escritorio.
La inevitabilidad del pico petrolero:
Pero, en esencia, poco importa saber el año específico en que ocurrirá esto. El hecho rotundo es que este asunto del pico petrolero habrá de suceder necesariamente en el horizonte muy cercano de tiempo, si no es que ya estamos en él.
Le voy a mostrar en unas cuantas gráficas el estado de las proyecciones en este terreno.

La anterior gráfica muestra el comportamiento histórico de los descubrimientos de yacimientos petroleros, una proyección de los futuros descubrimientos – en rojo – y el comportamiento histórico de la producción. Como usted puede ver, estamos ya desde antes de 1990 en una brecha negativa en que la producción está por encima de los descubrimientos. Y la brecha se va ampliando conforme pasa el tiempo. Todo esto significa que el consumo mundial de petróleo hace una mema neta en las existencias, porque éstas no se renuevan a las tasas requeridas por el crecimiento económico.

Esta segunda gráfica le muestra dos cosas en
general. Primero, ya puede ver por qué Hubbert usó la curva de Gauss para sus
proyecciones. Como puede ver, el comportamiento de la producción tiene una
forma muy aproximada de campana. Segundo, se observa que el pico petrolero – la
parte más alta de las curvas que semejan montañas – se localiza entre 2010 y
2020. A partir de ahí, las proyecciones son a la baja en la producción a una
tasa exponencial, tal como ocurre en la fase de subida de la gráfica – a su
mano izquierda, antes del pico -.
Puede ver también ahí cómo EUA alcanzó su
pico entre 1970 y 1973, muy cerca de lo que predijo Hubbert. Rusia ya alcanzó
su pico a finales de los años ochenta. Europa – países del Mar del norte –
alrededor del año 2000. Y vea el caso de medio oriente – Oriente Próximo -. El
resto de países productores está en “Otros”. Y no olvide, por cierto, que
estamos en el año 2012.
La siguiente gráfica es la más interesante.
Reporta las proyecciones por países productores de petróleo.

Esta gráfica la puede leer en dos grandes
partes a partir de la línea vertical que se marca al lado derecho – su mano
derecha -, entre los números 0 y 10 del eje horizontal. A la izquierda de esa
línea vertical se trata de datos reales, históricos, que van desde el año 1900
hasta el 2003 – esa zona se marca ahí con “History” -; en tanto que a la
derecha de esa misma línea los datos son proyecciones con el modelo de Hubbert,
y van desde el 2004 al 2010.
Bien, usted puede ver que todos los países van
entrando en el pico desde inicios de los setentas del siglo XX – caso de EUA -,
y conforme va avanzando el tiempo los demás países se van sumando a ese
fenómeno – alcanzan el pico -. Se anuncia que Kuwait y Arabia Saudita
alcanzarán el pico entre 2013 y 2015. Vea también el caso de México y Brasil. Estos
dos países se marcan sobre el eje vertical derecho. Según esto, ya pasamos el
pico de producción y estamos en la fase de declive.
La crisis empieza
desde el pico:
Algún lector despistado, fundado en las
gráficas que mostramos, podría tratar de sacudirse la realidad diciendo algo
como: “Bueno, según veo, no hay motivo para preocuparse porque las proyecciones
en las gráficas indican que seguiremos teniendo petróleo por varios decenios
más”.
Esto es cierto. El mundo seguirá teniendo
petróleo por varios decenios más. Sin embargo, el problema es que no
necesitamos esperar al agotamiento total del petróleo para entrar en crisis.
Ésta se da desde el momento en que alcanzamos el pico para empezar la fase de
declive. Y por los datos vistos hasta aquí, México ya está empezando la fase de
declive, entrando a la crisis.
Una vez que un país productor de petróleo
entra en la fase de declive, empezará a vivir el mismo proceso que transitó EUA
en los años setenta y, a la larga, pasará de ser un exportador de petróleo a
ser un importador neto. Y como vimos en el caso de EUA, este proceso no puede
parar porque nuestro paradigma económico del derroche gira en torno a la
necesidad del crecimiento constante, al infinito. Si el sistema económico no
crece, sobreviene el estancamiento, la contracción y la crisis económica. Pero
a medida que el sistema crece, lo mismo sucede con la demanda de petróleo.
Lo anterior ya de suyo implica un problema
serio y creciente en las finanzas públicas de un país. Recuerde que vimos
arriba que este problema fue, en parte, lo que motivó la irrupción de EUA en el
giro de la especulación monetaria a nivel global con sus petrodólares. Pero
esto no es el grueso del problema.
El asunto es que, cuando usted amplifica el
análisis a escala global, planetaria, y toma en cuenta que todos los países
productores de petróleo, incluido México, han de vivir ya ese proceso de
declive frente a un sistema económico global que exige crecimiento para
funcionar, no puede llegarse sino a la conclusión de que entraremos – o que ya
entramos - a un escenario global de escasez creciente de petróleo. Y la escasez
inaugura la era del petróleo cada vez más caro.
Los primeros
síntomas de la crisis energética global:
A medida que el petróleo resulte cada vez más
escaso y caro, se dará lugar a una más cerrada lucha por el control de este
recurso. Usted ya puede ver los primeros síntomas en el belicismo de EUA y la
UE en medio oriente. Cuente ahí a Irak,
Libia y al siguiente en la lista de los mejores deseos: Irán. También esto le
ayudará a entender la actitud hostil de esos ejes de hegemonía con respecto a
Venezuela, el gigante sudamericano del petróleo.
Los precios del crudo han escalado desde
mediados de la década pasada, y los mismos países de la OPEP ya empiezan a
anunciar públicamente que la era del petróleo barato está muerta, se acabó.
Usted puede checar este dato en el internet. Existe información abundante en
los medios internacionales a este respecto.
¿Se ha dado cuenta que los precios de
alimentos han crecido sustancialmente en los últimos tiempos? Bien, solamente
le digo que la agricultura moderna prácticamente consiste en convertir petróleo
en alimentos. Ahí tiene la razón.
Y finalmente, se empieza a ver una tendencia
cada vez mayor a explotar recursos petroleros no convencionales que, en la era
de petróleo barato, no eran económicamente viables en virtud de sus altos
costos de extracción. Me refiero especialmente a los casos de Canadá, Venezuela
y EUA. Inscriba en este caso también a Brasil con su petróleo de aguas
profundas.
En general, a medida que el petróleo
convencional se haga más caro, será cada vez más rentable ese proceso de
explotación de recursos petroleros no convencionales. Pero los especialistas
indican que esto, en el mejor de los casos, solamente puede aplazar el momento
de quiebre final por unos cuantos años y sin atenuar el alza sostenida de
precios en el recurso. Y todo esto, con el costo adicional de un mayor impacto
ambiental en virtud de que los procesos industriales implicados en la
extracción de esos recursos no convencionales son muy sucios y agresivos para
el ambiente. Solamente basta recordar la crisis ambiental que ocasionó la BP en el Golfo de México hace
un par de años para darnos una idea al respecto.
¿Cuáles son las
previsiones de los expertos?:
Le confieso que en lo que toca a las
previsiones al futuro cercano sobre este problema que se avecina no hay puntos
intermedios. Lo frentes se dividen, básicamente, en dos alas excluyentes:
- Los maltusianos. Estos
pronostican que la crisis energética nos llevará a un ajuste maltusiano.
Con esto quieren decir que entraremos a una era oscura donde las divisas
serán la crisis general y prolongada y las guerras internacionales por el
recurso. Y todo, con sus cuotas de hambruna y muertes masivas hasta que la
población mundial se ajuste a la baja hasta un nivel que pueda ser sustentado
por los recursos disponibles en el planeta. Al final, a decir de ellos,
volveremos a una civilización más simplificada y parecida a la existente
en la era preindustrial.
- Lo dogmáticos del libre
mercado o de la economía del derroche. Estos, por su parte, siguen
confiando en las soluciones del mercado y sugieren simplemente esperar a
que un genio, movido por las ganancias potenciales, encuentre un recurso
energético tan o más eficiente que el petróleo que nos salve de la crisis maltusiana.
Creo que le queda claro al lector que la
recomendación de los dogmáticos del libe mercado equivale a sugerir que nos
echemos un salto desde un avión sin paracaídas, en la esperanza de que alguien
nos acerque uno en el descenso.
Las razones
sólidas de los maltusianos:
Quiero decirle que yo me puse a investigar
todo este asunto por largos meses por simple interés personal. Consulté todo lo
disponible en el internet, desde libros, revistas, gacetas, documentos de
investigación y hasta foros. Tengo una extensa bibliografía que le puedo
facilitar. Así que le puedo decir que las siguientes razones de los maltusianos
están sólidamente fundamentadas. Podrá usted investigar igual que yo, y siempre
llegará al mismo resultado de ellos.
Bien, a grandes rasgos, los maltusianos
arguyen lo siguiente para fundamentar sus proyecciones:
- La crisis general es
inevitable porque el sistema económico del derroche tiene una
contradicción inherente a su propia naturaleza: la necesidad del
crecimiento infinito en un ámbito de recursos limitados. Esta es una
verdad tan evidente que no necesita demostración.
- No hay por el momento un
recurso energético tan o mas eficiente que el petróleo y que sea
económicamente viable. La opción más viable es la energía nuclear por
fusión, suficiente para varios miles de millones de años de energía
abundante. Sin embargo, y en el más optimista de los escenarios, se espera
que esté disponible comercialmente hasta entrada la segunda mitad de este
siglo, mucho después de los efectos desastrosos de la crisis energética. A
usted le podrá parecer que esto no es posible en nuestro mundo “moderno”.
Lo mismo pensé yo, porque también me dejaba llevar por los sueños míticos de
las energías alternativas. Pero cuando me puse a investigar, me fui de
espaldas al darme cuenta de la realidad, que es la que ya apunté. En
efecto, vamos en caída libre a la crisis general, y sin paracaídas.
- Aun encontrando un recurso
alternativo en el mediano plazo, sigue el reto de sustituir y/o adaptar la
tecnología a ese nuevo recurso. Si considera solamente el grado en que los
diferentes sectores económicos dependen del petróleo – el 80 % de la
energía que usamos proviene directa o indirectamente del petróleo -, lo
anterior, lector, equivale prácticamente a darle un vuelco total a la
civilización. Y esto, por sí mismo, implica un obstáculo que a muy duras
penas podrían sortear los países más ricos del planeta en su provecho.
En el mejor escenario – se descubre una
fuente de energía viable -, los países ricos librarían el ajuste maltusiano a
duras penas, pero no así los países pobres y en vías de desarrollo. Y aun así,
lo cierto es que aquéllos, los ricos, serían los herederos de una nueva
civilización más simplificada, ausente de las comodidades y el derroche tan
propios de nuestra era industrial.
Felipe Calderón:
¿Ya anunció que México está en la fase de declive?
Ahora le voy a regalar el enlace a unas
declaraciones que Felipe Calderón hizo en el año de 2009 al conmemorar el
tercer aniversario de su gestión al frente del país, y que dejan la impresión
de encajar perfectamente bien en el preocupante escenario que hemos visto hasta
aquí. Le sugiero no restar crédito a lo que dice Felipe en este caso. Pese a
los eventos del 2006, en esta cuestión hablamos de cifras duras.
En esa declaración, Felipe nos habla sobre la
“grave” situación de las finanzas públicas en México, y señala sin rodeos la
causa principal: “El petróleo se nos está acabando”. Y añade que lo que muchos
veían como un futuro inalcanzable – seguramente el pico de Hubbert -, "ya
nos alcanzó". ¿Recuerda el comportamiento de las gráficas?
Y sobre los impactos previsible de este
problema en el futuro de la nación, Felipe nos dice lo siguiente: "No hay Estado
que pueda salir adelante, no ha habido, quizá salvo excepciones, una nación que
salga adelante sin finanzas públicas fuertes. Y México no tiene finanzas
públicas fuertes".
Pero lo cierto es que el problema de fondo es
más grave de lo que él deja ver públicamente. Y es que, en las circunstancias
actuales, no hay Estado que pueda enfrentar la crisis energética global que se
viene encima.
Las mentiras de la
falsimedia y la clase política oficialista viciosa.
En este apartado le voy a hablar a lo pelón,
como decimos en México.
Por supuesto que la falsimedia prianista en
México jamás le dirá todo lo que hemos apuntado en este documento por la simple
y sencilla razón de que usted no debe saberlo. Entre más apartado usted se
encuentre de la realidad del mañana, más fácil es saquearle su patrimonio. Lo
que yo le estoy ofreciendo es una síntesis burda de una amplia bibliografía y
de muchas bases de datos que tuve que consultar por mi cuenta durante semanas o
meses en fuentes internacionales.
¿Y por qué se le oculta a usted esta verdad?
Bueno, se le oculta la verdad porque el ya escaso petróleo mexicano es una
cuestión de seguridad nacional, no para nosotros los mexicanos, sino para los
EUA y sus socios avasallados de la UE. Y es que, en el escenario de crisis que
vivimos ya, nuestro petróleo, ya en especie o ya en dinero, es para esos ejes
de poder mundial una reserva valiosísima para sus propósitos de salvación y
control de daños. Y ellos entienden que habrán de acceder a esas reservas a
través de sus empresas petroleras globales con la figura de los “negocios de
inversión” con PEMEX, le guste o no le guste a usted.
Le puedo asegurar que esos intereses foráneos
encontrarían enormes dificultades para penetrar y vulnerar a la nación si
nuestra clase política fuera ética, dueña de una profunda vocación democrática
y de un genuino patriotismo. Sin embargo, sabemos que la realidad no es así.
Sabemos que esos ejes de poder tienen amplio poder para interferir en cada
proceso electoral que vivimos y determinar en ellos resultados favorables a sus
intereses gracias al poder del dinero frente a una clase política oficialista
que, por su bajísimo espectro ético, suele prestarse al juego a cambio de la
legitimización en el poder político local. Y de hecho, la permanencia de esa
clase política oficialista avasallada en el poder es condición indispensable
para que el saqueo de los recursos petroleros de la nación fluya en paz hacia
el exterior.
El mito de Lula:
Déjeme decirle que el supuesto milagro
brasileño es producto del mismo sistema económico del derroche, apuntado en
beneficio de unos cuantos privilegiados, de tal manera que Brasil sigue siendo
básicamente la misma antes y después de Lula. Los avances de Brasil en materia
de índices de bienestar humano no son milagrosos. Este país sigue ocupando
lugares mediocres de media tabla a la par de México – si gusta le comparto
cifras de la ONU -. Brasil está también muy por debajo de la Cuba de Fidel en
esta materia – el único país sin desnutrición infantil -, y aun peor se ve
cuando comparada a la Libia de Gadafi - este país estuvo en los primeros diez
lugares a nivel mundial durante los últimos 25 años y hasta antes de la
invasión yanqui -. Así las cosas, fuera del crecimiento económico con sentido
derrochador, en Brasil siguen prevaleciendo los mismos problemas de pobreza y
marginación de siempre; la violencia y el narcotráfico también están boyantes;
las cárceles atestadas y el Carnaval de Rio sigue siendo el prostíbulo más
grande del planeta.
México ya vivió en la década de los sesenta
del siglo XX el milagro de crecimiento derrochador “ejemplar” que hoy vive
Brasil. El resultado final, en ambos casos, fue el mismo básicamente: potenciar
al capital privado dejando a la masa de mexicanos de a pie mediatizados o en la
misma jodidencia de siempre.
Así las cosas, no se deje llevar por las
apariencias en torno a las supuestas pretensiones “humanistas” de Lula por
emprender proyectos de inversión petrolera Brasil-México. Ese es otro cuento de
la falsimedia y de la clase política oficialista. En realidad, y para mi
extrañamente, Lula se ha convertido en una suerte de representante de ventas
estrella de Petrobras, y cuyo único objetivo es conseguir las fuentes de oferta
de energía requeridas por su país en sus
planes actuales de crecimiento económico y que no mermen sus propias reservas
al largo plazo. En pocas palabras, Petrobras está asumiendo conductas
predadoras muy semejantes a las de Shell, BP y demás gigantes multinacionales
del ramo.
¿Y a quién va a servir todo esto? Bueno, bajo
el paradigma económico derrochador vigente en ambos países, el resultado neto
va en favor de los grupos de capital privado de ambos países, mientras que los
ciudadanos de a pie habrán de seguir igual que antes. Y si enfoca esto bajo la
óptica de la crisis que se viene, nos va a resultar que, al final, los majes
fuimos solamente los mexicanos de a pie. Y todo por tragarnos el mito de Lula
en la falsimedia.
Enrique Peña
Nieto: derroche petrolero y la segura quiebra de la nación.
Mientras caminamos a una gran crisis
energética oculta, bien disimulada, el PRIAN se enfila por completo a la idea
de entregar los últimos restos de la industria petrolera nacional a ese voraz y
peligroso sistema económico del derroche a través de las “inversiones” de las
grandes multinacionales.
Enrique Peña Nieto ha sido el más adelantado
en esta disposición. Lo ha dicho en multitud de ocasiones. Lo apremia la
COPARMEX con voz de mando. Lo refrendó en Davos frente a los países del primer
mundo interesados en acceder a las reservas de nuestro país. Y aduce Peña
Nieto, para ello, que tiene un plan “maravilloso” para abrir a PEMEX a la
inversión privada, que no implica privatizar, a fin de estimular su crecimiento
y su productividad, lo cual se traducirá en más empleos para los mexicanos.
Créame que este discurso irracional de Peña
Nieto es completamente opuesto a lo que todo principio de prudencia política
dictaría en nuestras circunstancias. Este discurso de Peña Nieto es propio de
la política de la primera mitad del siglo XX, cuando la industria petrolera
vivía una notable bonanza, cuando la extracción de este recurso se realizaba en
condiciones de cien barriles producidos por uno invertido, pero no de una época
de umbral de una crisis energética general donde el rendimiento ya anda rayando
el 5 a 1, si no es que menos. Créame, en verdad, que el discurso de Peña Nieto
en este apartado está enfocado a satisfacer las necesidades del triunfo
electoral de un grupo de interés político a costa de lo que sea, y que carece
de todo sentido de responsabilidad para con la nación.
La trampa prianista para los mexicanos está
puesta. De su efectividad depende la legitimización del “triunfo” electoral del
PRIAN en este 2012 por parte de los ejes de poder internacional. Y aunque suponen
que usted desconoce la existencia de esa trampa porque asumen que desconoce el
problema de la crisis energética, ellos no se confían del todo y le ofrecen el señuelo
de un empleo. Y le ofrecen eso porque lo ven como un ser humano con mentalidad
de esclavo apatronado. Y le puedo asegurar que, si esa trampa propagandística
funciona, si los mexicanos de a pie nos tragamos el señuelo del “más empleo”
para ceder a los planes privatizadores del PRIAN, la industria petrolera
mexicana estaría condenada a periclitar en unos cuantos años traduciendo sus
rentas a manera de ganancias del gran capital de los ejes de poder, corrupción
y salarios de lujo de una burocracia inútil. Y nosotros, el pueblo raso,
mientras tanto, terminaremos condenados a la indigencia y a la imposibilidad de
sortear un posible escenario de crisis de proporciones épicas que dejaría a
nuestra generación muy mal parada con nuestros hijos y las generaciones por
venir. Y eso si hubiera un mañana posible para nosotros en esas circunstancias.
¿Y qué nos indica
hacer la razón frente a este escenario de crisis?:
En este caso voy a darle una síntesis de lo
que los especialistas en el tema energético sugieren debe hacer cada nación ya,
desde ahora, para enfrentar de la mejor manera posible esta tormenta perfecta
que se avecina en el horizonte cercano. Y le aclaro que estas sugerencias están
apuntadas, no al sueño de salir bien librados y mantener el ritmo y estatus de
vida corrientes, sino para encaminarse suavemente hacia una cultura más
simplificada y una economía racional, no derrochadora; escenario en el cual
están contemplados grandes y necesarios ajustes en nuestra forma de vida a
costa de grandes costos y sacrificios. En pocas palabras, se trata de recomendaciones
que los especialistas lanzan a fin de que los países atenúen lo más posible los
terribles ajustes maltusianos que se pueden venir con esta crisis energética.
- Como dije, las soluciones
deben empezar a implementarse ya, ahora, a fin de tener tiempo para
maniobrar y corregir errores.
- Todo país productor de
petróleo debe asegurar su soberanía sobre este recurso a toda costa y como
asunto de seguridad nacional. De hecho, aclaro a este caso que las
estadísticas de diversos organismos muestran que hay una tendencia
creciente en este sentido. Situación que ha ido dejando fuera del negocio
a los grandes consorcios petroleros.
- Explotar las reservas
existentes de manera absolutamente racional, lejos de todo economicismo
derrochador, y apuntando el objetivo, no a los negocios, el crecimiento y
el empleo, sino al interés nacional de largo plazo bajo los criterios del
siguiente punto.
- El uso de la renta
petrolera debe priorizarse de manera muy racional y dirigirse
fundamentalmente a cuatro fines fundamentales. Primero, para inversiones
en investigación científica para el desarrollo o hallazgo de fuentes de
energía alternativas que sean soluciones a largo plazo, verdaderamente
sustitutivas, y que ayuden a atenuar la transición cultural y tecnológica
que exigirá la crisis energética. Segundo, para el fondeo de la transición
tecnológica-industrial en caso de encontrar energías alternativas viables.
Tercero, desarrollo de una nueva cultura ciudadana en el uso de la
energía. Y cuarto, ahorro, ahorro y más ahorro para los malos
tiempos.
- No descartar del todo la
vía del libre mercado como posible solución al hallazgo de una fuente
alternativa de energía. Sin embargo, no debe confiarse todo a esta vía
porque equivale a poner el futuro de todo un país en fuerzas impersonales
y al azar que tienen solo una oportunidad de actuar. Y esto es un riego
altísimo. Como decíamos, esta vía es como saltar de un avión sin
paracaídas.
¿Y AMLO?:
En AMLO veo una gran ventaja por el momento
frente a las demás ofertas políticas. Y es que al menos es el único que se pronuncia
públicamente para fortalecer la soberanía de la nación sobre el petróleo, y que
se refiere en el punto dos anterior. Sin embargo, creo que nada se ha dicho
sobre los otros puntos, lo cual me deja incierto en torno a si se tiene en
realidad un diagnóstico a fondo en torno a estas proyecciones nada prometedoras
para el futuro cercano.
Creo que si AMLO le hablara a la nación con
claridad sobre este asunto – y creo que le sobran expertos para eso -, cuidando
aquello de ser muy objetivo dada la delicada naturaleza del asunto, lograría
despertar un estado de conciencia en los mexicanos que podría ser de gran
utilidad en eso de darle un vuelco al destino de la nación, para bien de todos,
y de una buena vez.
Con todo, créame que, cuando analizo todo
esto y luego veo el poder de la falsimedia al lado del PRIAN, termino por ver
un futuro gris para todos los mexicanos. En nuestra desinformación, estamos
demasiado expuestos a la manipulación de esos intereses perversos y ponemos
todo en riesgo.
Don Ernesto Gómez
Cruz y “El famoso Diablo”:
Cierro citando el extraordinario diálogo
entre don Ernesto Gómez Cruz y Damián Alcázar en esa escena de la bienvenida a
la mafia para éste, en la maravillosa película “El infierno”, de don Luis
Estrada.
- Me han dicho que has vivido mucho tiempo en
Estados Unidos – le dice don Ernesto a Damián.
- Oh, yes “ser” – responde Damián.
- Pos entonces, estarás de acuerdo conmigo –
empieza su monólogo don Ernesto -. Yo digo que los gringos son los que han
jodido a este país. Que los pinches yanquis hijos de su puta madre nos han
robado todo, ¡con la complacencia de estos cabrones presidentes de cagada que
nos han tocado! – agrega don Ernesto señalando a los cuadros en la pared de su
oficina - Lo único que saben hacer es hincarse y “lamberle” las patas, y luego
se voltean para que les den por el fundillo. Según ellos ¡es el
capitalismo!
Creo que las palabras de don Ernesto en esta
escena definen de cuerpo completo, y mejor que cualquier libro, el espíritu de
la política oficialista en México que hemos descrito hasta ahora.
Reflexión final:
Cuando el señor Marion Hubbert anunció en
1956 sus proyecciones del pico petrolero para Estados Unidos, la mayoría lo
ignoró, otros lo tildaron de chiflado, y otros quizás vieron 1971 tan lejos
que, al final, les valió un comino. Sin embargo, ya sabemos que el tiempo pasó
y la realidad terminó por ponerse del lado del ignorado Marion Hubbert. Y fue
hasta entonces, ya en medio de una crisis irreparable, pero que pudo ser
prevenida, que todos se acordaron de las palabras de ese hombre y se empezaron
a lamentar por no escucharlo en 1956 con la seriedad que el caso requería. Y lo
irónico es que, tal vez, en virtud de ese descuido, fue que el gobierno de los
EUA se vio obligado a recurrir al expediente de salvación de la especulación
monetaria.
En los tiempos que corren, los especialistas
en materia de energía, usando un modelo predictivo de Hubbert mejorado y de
bases de datos más ricas, nos hablan de que estamos en el umbral de una crisis
energética global de proporciones épicas, colosales, maltusiana, donde
nosotros, México, somos protagonistas estelares, y recomiendan a los países petroleros
preparase cuidando con estricta austeridad su recurso para sortear la tormenta
sin fallecer. Pero otra vez se vuelve a presentar el escenario absurdo de 1956
en torno al señor Hubbert: la falsimedia oculta la verdad, el PRIAN ya se
apunta para derrochar el petróleo para legitimarse electoralmente, y los
mexicanos ignoramos la trampa que está en ciernes.
Parece, pues, que estamos condenados a sufrir
el mismo desengaño del pueblo norteamericano a inicios de la década de los años
setenta por jugar a la ruleta rusa con el petróleo, el mercado libre y la
irresponsabilidad de la clase política oficialista. Sin embargo, en nuestro
caso, somos un país débil y pobre y todo indica que no habrá alternativas de
rescate.
Que Dios nos perdone si las cosas suceden tal
como se anuncian y no hacemos nada por impedirlo.
Buen día.
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