Los hechos de Septiembre 11 cada
vez más quedan al descubierto como una maniobra artificial para la manipulación
de masas y justificar una nueva cruzada contra Irak por un simple motivo:
petróleo y el gran negocio que le es inherente. Y esta desnudez de los hechos se
da por la crítica activa de personajes no ajenos al país que da alojo a buena
parte de esa oligarquía que opera todo. Sí, se trata de gente de ese mismo
país, Estados Unidos, pero que parece que no olvida las palabras del crítico
literario inglés, Samuel Johnson: “El patriotismo es el último refugio de los canallas”.
He seguido con atención los
eventos del medio oriente y me ha saltado a la vista el artifical interés de
los medios occidentales por dibujar esas revueltas populares como movimientos
liberales muy al estilo occidental. Todo lo dibujan mañosamente para intentar
hacernos creer que la gente de por allá, de pronto, y como por un arte de
magia, se ha alzado para repudiar su muy peculiar cultura, para olvidarse que
son hijos de Mahoma y de Saladino, para exigir luego un sueño americano en sus
vidas: democracia, aparatos de teléfono, televisores, refrigeradores,
autocinemas, una Harley, una malteada de fresa espumosa y con una pajilla
quebrada sobresaliendo, una chamarra con el escudo de la secundaria de
Riverdale, algunos discos de Elvis y una hermosa pelirroja pecosa a su lado…o
con Archie el pelirrojo, en el caso de las orientales. Y es tan impetuoso ese matiz artificial en el trabajo “comunicador” en los medios
occidentales, que no he batallado para imaganinarme al terrible Mickey, el ratón
de Disney, a manera de un épico Lawrence de Arabia.
Cuando uno se pone a meditar en
el muy peculiar modo de ser de la gente en el medio oriente, tan dueños de ese
arraigado islamismo con toda su milenaria cultura añadida, uno simplemente
tiene que terminar por percatarse de ese burdo truco en los medios occidentales;
truco que pretende vestir a Saladino como a un vulgar James Dean.
En lo personal, me queda
perferctamente claro que, en el asunto de medio oriente, el imperio y su
dominio de medios está trabajando a todo vapor con todos los íconos del sueño
americano, y con un destino indiscutible: la mente alienada de occidente con el
glamour de las clases ociosas.
Fuera de que hay revueltas por
todos lados, ¿alguien puede precisar qué pasa en medio oriente? ¿Alguien puede
decir qué es lo que pasa allá? Estoy seguro de que la respuesta es un “No”, o
un “Sí” a medias o a un cuarto, o a un tercio. Y esa misma naturaleza
errática, caótica, es otro síntoma adicional de la artificiosidad en el manejo
del asunto por los medios occidentales.
Estoy seguro que aquellas
rebeliones tienen un sentido profundo y con hondas raíces en el islamismo, en
algo que sigue siendo rotundamente opuesto a nuestra visión de mundo. Imposible
imaginar lo contrario. Digo, a menos, por supuesto, que el mundo árabe se haya empatado
por completo con el mundo de Disney de Mickey y el de Riverdale de Archie, como
lo quieren hacer creer los medios. Pero ese espíritu musulmán jamás lo tocaran éstos
en su propaganda. El caso es que el truco está a la vista al ver el sesgo occidentalizador de los medios.
Yo me atengo a la historia de
esos pueblos para asegurar que siguen encajados en su cultura y en su muy
peculiar forma de ver al mundo. Y si fuera así, ¿qué pasa pues en medio
oriente? ¿Quién dice la verdad? Hay demasiadas preguntas en el aire. Demasiados
cabos sueltos.
Al momento que escribía este
apunte, Berlusconi se manifestaba por abstenerse en soltar una opinión argumentando
que no tiene muy clara la situación. Evidentemente que tiene claro el asunto,
pero hábilmente se evade por todo lo que he apuntado antes. El manejo turbio es
claro.
Y no vale aquí salir con
simplismos de “es la gente que se libera”. Por supuesto que eso nos queda claro
a todos, para casi todos los efectos en aquellos países. Pero eso no resuelve
las dudas principales: motivaciones y rumbos futuros…¿De quién se liberan?
¿Para qué? ¿Quién está corriendo con los costos y quiénes con el mayor
beneficio? ¿Qué hilo juega en todo esto la puta caprichosa?
¿Quién era Mubarak? ¿Un dictador
autoimpuesto por el pueblo egipcio, una suerte de penitencia?, ¿se puede creer
eso? ¿Era un títere del imperio para mantener en paz al mundo árabe y en favor
de su socio sionista? ¿Al imperio se le cayó el títere y ahora finge unirse a
la muchedumbre para imponer a un nuevo títere en la confusión? ¿Es tan asesino
Gadafi como dicen los medios? ¿Por qué no era asesino hace un año? ¿Por qué
había un acuerdo previo de Gaddafi con la puta caprichosa? ¿Se ha vuelto loco
Gadafi? ¿Qué pasa?
¿Por qué en Irán no pasó nada?
¿Será porque los iránios, como los egipcios, se avivaron y reaccionaron más
rápido que el imperio y su aliado sionista?
Y si los movimientos en Libia son
tan auténticos como en Egipto, y sabiendo que son fundamentalmente islamistas
en contra de un gobernante que ya no quieren, ¿no será que Disney quiere
aprovechar de nuevo otra confusión para algo más que conceptos vagos como
libertad y democracia?
¿Disney obra por principios
humanistas o le interesa poner una sucursal de Mickey Mouse en Libia?
Cuando empezamos a ser realistas
y vemos a Estados Unidos, a Disney, tal cual es en esencia, es decir, como la
puta caprichosa que es, empezamos a ver un poco ciertos fulgores de la realidad.
¿Por qué la llamamos puta
caprichosa? Huelga mucho aducir los argumentos porque están claros en la
historia reciente. Ecos que encuentran más ecos en la historia muy antigua en
Babilonia. Claro que una puta caprichosa. ¿Por qué Disney nunca se preocupó por
los genocidios de los países europeos sobre poblaciones africanas cuando éstas
pretendían liberarse del colonialismo? Francia liquidó nada más y nada menos
que a 45 mil argelinos en los años cincuenta. Y de eso sólo hace unos decenios.
¿Por qué Disney nunca se alarma
con los genocidios sionistas sobre los palestinos? ¿Por qué no colaboró con
Vietnam para que ésta pudiera liberarse del dominio francés? ¿Por qué inició
una masacre contra el pueblo vietnamita en nombre de la democracia, de su
concepto de democracia?
¿Por qué se apura a planear la
invasión de Libia con la OTAN a nombre de la humanidad sin siquiera dejar en
claro qué demonios pasa allá? Si pretende ser el adalid de la humanidad, por lo
menos debiera de preocuparse de decirnos de qué nos defiende. ¿O no? ¿Estaré
equivicado? ¿Quizás no, quizás sí? ¿Que unas imágenes de video bastan?...¡Por
favor! Ni Berlusconi, con toda su frivolidad y toda su información, se atreve a
tomar semejante decisión. ¿Qué usted sí sabe y por eso se une a tomar
banderolas para vitorear a la armada de Disney? ¿Qué sabe mucho usted del mundo
islámico? ¿Qué ya le dijo todo Carlos Loret? ¿Y que le dijo Televisa del 2006
en México? ¿Y qué decía usted del 2006? ¿Dónde está Bin Laden?...¿Que no lo
encuentran después de 10 años? ¿No lo encuentran con toda sus armas
inteligentes? ¿Dónde está la inteligencia? ¿Existe Bin Laden, o es otro cuento
más de terror? ¿Que Patricia, la canciller mexicana, ya estuvo ahí y se enteró
de todo y que habló por todos nostros? Eso no vale, no sirve; la señora es
ilegítima y fue diseñada para servir en el vasallato a Disney. Para eso la impusieron: para que justificara
las tropelías de Disney.
¿Por qué Disney no actuó con la misma
prontitud para someter a las dictaduras sudamericanas? ¿Por qué no apostó ahí
su armada para devolver a esos países las tan añoradas libertades democráticas?
¿Por qué no hizo nada en Honduras hace poco tiempo? ¿Por qué Disney divagó y
divagó en este caso exhibiéndose en una actitud dilatoria?
¿No será que, en el desorden actual de medio
oriente, Disney anda corriendo para sostener títeres y rescatar lo que se
pueda? ¿No será el pétróleo lo que los mueve en Libia? ¿O es que solamente
quieren abrir una nueva Disneylandia?
Y si ya conocimos los eventos del
septiembre 11, si ya se da por sentado que fue un proceso de terror sobre las
masas para justificar invasiones de negocios, ¿no será éste otro evento un nuevo
episodio en el ataque del imperio? De película de Lucas, ¿no? Pero desgraciadamente,
existe.
Recuerde algo, pero recuerde bien
esto: cuando recién los eventos del septiembre 11, todo el mundo cayó en el
garlito que se había planeado. No lo digo yo ni lo descubrí yo mismo. Lo dicen
intelectuales y pensadores norteamericanos. Todos estaban absolutamente
convencidos de que el enemigo de la humanidad era el terrorismo islámico. De
ahí, luego, se invadió a un país injustificadamente y se arrasó con toda su
riqueza. Y luego, al paso del tiempo, la verdad lóbrega ha salido a la luz paso
a paso para hacernos ver como los más soberanos imbéciles, como a unos niños
idiotas a los que se les puede persuadir de la existencia del fantasma de
Canterbury.
Y la última pregunta es ésta:
¿Usted confiaría en una puta caprichosa en asuntos de ética? ¿Verdad que vale
la pena ir con calma y a base de razón, no de televisión? Al creer a tientas y
a locas nos ponemos en el riego de acercar la daga en la mano de un asesino.
Cuidado, ciudadano.
Como usted puede ver. No aseguro nada
al respecto de este tema, porque, como Berlusconi, no tengo claras las cosas. Creo que todo es muy confuso en la versión de
los medios. Y el drama es que el consenso viene de los medios, no de la gente
ni de la política real. Los únicos asideros ciertos que tengo a la mano en este
asunto, son dos: no puedo confiar en una puta caporichosa en asuntos de ética,
y no puedo cometer el mismo error dos veces. Ya no puedo darme el lujo de
comprar la mercancía del miedo, por respeto a mí mismo y a los demás. No, yo ya
no compro acciones del miedo fraudulentas, y menos a un corredor de mala fama.
Ahora que si usted puede
orientarme con claridad sobre este caso, y me convence, estoy dispuesto a
comprar las acciones y a vitorear a la puta caprichosa. Ahí tiene mi twitter y
escríbame si puede orientarme. Pero advierto que no me convencen discursos
abstractos de libertad y democracia. Necesito datos duros y razones poderosas.
Bueno, y hablando de películas de
terrorismo televisivo, le recomiendo la película “Escándalo en la Casa Blanca”,
con Robert DeNiro y Dustin Hoffman. Es una historia sobre lo fácil que puede
resultar inventar una guerra y un genocidio a través de la televisión para
distraer a las masas respecto de las verdaderas motivaciones y vicios de los
políticos: el dinero.
Véala, y después comprenderá que
todo es posible. Comprenderá que, si usted pretende ser una persona prudente y
sabia, lo que debe hacer es encontrar la verdad en su cabeza, en la razón, no
en tomar nota fiel sobre lo que le dice la televisión.
Y usted, ¿está confundido como
yo, está en la realidad, o se está zampando una espumeante malteada de fresa en
Riverdale, frente a Verónica?
Buen día.
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