¿Por qué cuesta tanto dinero una
bolsa para dama Louis Vuitton? Lo pregunto por el suceso reciente en torno a la
pasión de la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, por las bolsas de esa
marca.
De entrada, las bolsas Louis
Vuitton son caras porque son útiles y porque son notablemente escasas. Pero en
el caso de las bolsas Louis Vuitton hay un factor especial que puede explicar
con mayor fuerza el alto precio: El factor ostentación. Desde luego que este
factor deviene por impulsos egoístas que decantan en un deseo de poseer
prestigio social para aparecer ante los ojos de los demás como la Big Lady. En
efecto, la usuaria de estas bolsas pone su sentido de utilidad sobre todo en
aquello de demostrar que posee riqueza, dinero, lo cual da prestigio. Y este
factor tiene tal poder de determinación en el precio que aquí se verifica una
paradoja conductual en la economía donde ya poco importa la escasez: Entre más
cara la bolsa Louis Vuitton, más demandada será en ese segmento de consumidores
de alto poder adquisitivo y amantes de la ostentación y su prestigio añadido.
El fundamento de las decisiones
de consumo está en la esfera de las valoraciones frente a los precios. Cada
decisión de consumo que usted toma postula un cuadro previo de valoraciones jerarquizadas.
En el caso del dinero que usted gana por su trabajo, por ejemplo, el siguiente
puede ser un cuadro sencillo de valoraciones que determinan el uso de ese
dinero en orden de mayor a menor importancia: Consumo para sobrevivir, ahorro,
consumo superfluo, consumo de lujo, prender los cigarros con billetes y las obras
de altruismo. El orden de las preferencias puede variar según la persona, y
hasta puede ser más estrecho porque puede ser que a algunos no les resulte de
interés ahorrar o el altruismo, por ejemplo.
A saber, lo que Margarita
Arellanes gana de dinero al mes es legal porque es producto de su trabajo como
alcaldesa. Cierto que dicho salario de lujo carece de cualquier fundamento
moral porque se da en el contexto de un país de miserables. Aquí tenemos una
pugna o contradicción entre moralidad y simple legalidad. Pero como eso no nos
interesa por el momento, postulemos que su dinero es legal al menos. Ahora
bien, en el plano estrictamente económico, donde ella es igual a cada uno de
nosotros, Margarita Arellanes posee
soberanía y es libre de armar su cuadro de valoraciones que determine el uso
final de su dinero. Ella sabrá si, después de cubrir su gasto de sobrevivencia,
usa su remanente de dinero para comprar bolsas Louis Vuitton, para otros lujos
esnobistas, para atizar su chimenea, o si lo ahorra. Es muy su dinero y es muy
su soberanía como consumidora. Sin embargo, lo que sí nos queda claro hasta aquí
es que Margarita da más importancia a su personal consumo de bienes de lujo que
al altruismo. Y esto queda plenamente demostrado cuando gasta miles de pesos en
una bolsa Louis Vuitton a sabiendas de que existen millones de miserables para
los cuales esos miles de pesos pueden resolver, no un capricho como puede ser
un bien de lujo, sino la sobrevivencia hoy.
Margarita no es una ciudadana
ordinaria donde la sola categoría como consumidor deba imperar en sus
decisiones de consumo. Si tal fuera el caso, si Margarita fuera una ciudadana
ordinaria, a ella solo se le podría señalar de frivolidad en la vida privada y
hasta ahí, de tal forma que no merecería un artículo como el presente. El
problema que nos llama aquí es que Margarita es alcaldesa de Monterrey. Ella es
política y, en esa condición, está exigida a poseer algunos sentimientos de responsabilidad
moral para con los demás. Sin embargo, no los tiene: La alcaldesa de Monterrey
gasta en lujos que podrían salvar la vida o el día de muchos. Así de simple.
Margarita podrá entregar las
llaves de la ciudad de Monterrey a Cristo, podrá poner en manos de un marino la
seguridad de la ciudad, podrá exhortar al bien a los regiomontanos con
discursos bellamente emotivos, pero si ella no pone en vías de hechos las acciones
consecuentes al altruismo en su vida privada, todo lo anterior es inútil. Y es
que si Margarita no puede contener el impulso irracional de consumir bolsas
Louis Vuitton siendo que gobierna a una ciudad donde abundan los miserables y
pobres, cometiendo con ello una falta contra la moral en su calidad de
política, ¿cómo puede conducir a los regiomontanos al sentimiento de moralidad
que es menester para acabar con la delincuencia que azota a
Monterrey?...Imposible. Y antes bien, las actitudes de Margarita solo legitiman
a las inclinaciones egoístas que obran como motor del infierno de violencia que
hoy vive Monterrey.
Lo mismo que sucede con Margarita
Arellanes sucede con EPN. Tómense al caso de EPN solo los asuntos del nuevo
avión de los 7 mil millones de pesos y la reforma hacendaria.
En cuanto al famoso avión, solo
basta hacernos dos preguntas para localizar la falta moral de EPN: ¿Es
absolutamente imprescindible que EPN goce de un avión de lujo para cumplir con
sus tareas? Si no es imprescindible, como de cierto no lo es, luego estamos en
un serio problema porque la compra del avión no encuentra justificación alguna
en el terreno de la moral: ¿Cómo se justifica gastar 7 mmdp en un avión
prescindible cuando esa misma cantidad puede satisfacer la sobrevivencia de una
buena cantidad de mexicanos miserables al menos por unos días? Otra vez, lo que
podría ser concebido como una frivolidad en un ciudadano ordinario que se
atreviera a desear esto - un avión de lujo prescindible en tanto se está en un
mundo de miserables -, en EPN es falta de sentido de responsabilidad moral para
con los gobernados, especialmente con respecto a los menos favorecidos. Y de
cierto que en esto EPN y Margarita abrevan en la misma fuente: Un deseo irracional
de prestigio personal, que es puro egoísmo.
Si él, EPN, no privilegia al
altruismo y lo hace sucumbir bajo el imperio de sus caprichoso egoístas, ¿alguien
puede creerle que desea acabar con la pobreza? Y si nadie le puede creer en
estas condiciones, una vez puestos frente a los hechos pasmosos, ¿cómo puede
desear EPN persuadir a los mexicanos afortunados para que se sumen a una lucha
contra la pobreza? En estas condiciones, frente a los hechos, podría darse más
crédito a la posibilidad de que EPN quiere que la pobreza crezca para que sus
deseos de prestigio encuentren más posibilidades de realización. Esto, porque
el prestigio fundado en lujos solo tiene posibilidades en una sociedad injusta.
En cuanto a la reforma hacendaria
he dicho en otros artículos que se trata de un IVA camuflado porque los
impuestos al capital privado serán finalmente transferidos al consumidor vía
precios incrementados. Esto es lo que nos demuestra la experiencia histórica
desde el mismo Adam Smith, quien no tuvo empacho en reconocer éstos y otros
vicios de los empresarios en su etapa de madurez intelectual. Y no descarto que
el supuesto conflicto del régimen con algunas cámaras y grupos empresariales,
con excepción de algunos casos como la Coca Cola y demás empresas refresqueras,
es solo un montaje para dejarnos la impresión de que los impuestos sí serán
absorbidos por el capital privado - falso - y que EPN desea promover la equidad
social y que no está bajo la égida del capital privado. Pero otro aspecto
criticable de este reforma hacendaria es precisamente el hecho de que la clase
política no quiere sacrificar ciñéndose a un plan de austeridad gubernamental
como la planteada por AMLO. Y por supuesto que menos EPN está dispuesto a
abandonar su deseo de un avión de lujo. Así que en este caso de la reforma hacendaria
una vez más vemos la falta de sentimientos de responsabilidad moral de EPN y
demás priistas para con la sociedad que gobiernan. Ellos no sacrifican en favor
de la sociedad, pero sí desean que los mexicanos asuman el sacrificio implicado
en el costo de los impuestos incrementados con la reforma hacendaria. En
efecto, lo que se cuestiona a este respecto es la falta de responsabilidad en
ellos, EPN y asociados, y la inconsecuencia ética correspondiente: No se puede
pregonar la moral del sacrificio cuando no se está dispuesto a entrar en ella.
Si EPN no está dispuesto a
sacrificar en detrimento de su prestigio personal en el caso del avión de lujo,
ya está dando ejemplo de un acto supremo de egoísmo porque ubica el mejor uso
de 7 mmdp del erario público en la compra de un avión de lujo y no así en la
compra de alimentos para los miserables, por ejemplo. Y si esto es así de
claro, pregúntese algo el lector: ¿Los empresarios evitarán la tentación de
privilegiar a su egoísmo para no trasladar los impuestos ampliados e
incrementados de la reforma hacendaria al consumidor final? Si el que ha decretado la reforma hacendaria
no frena su egoísmo, ¿los que sufren el decreto hacendario frenarán su egoísmo?
No sueñen, por favor.
Una de las más importantes
responsabilidades del político es gobernar para formar buenos ciudadanos, donde
el "buenos" incluye una actitud deseable en ellos: Altruismo. Sin
embargo, si Margarita y EPN no privilegian al altruismo en sus hábitos
personales luego no están cumpliendo con esa responsabilidad ante la política
porque sabemos que la educación de los ciudadanos no solo se construye con reformas,
leyes y bellos discursos, sino sobre todo con el ejemplo del político que
demuestra que eso que se predica como bueno para la sociedad es posible y
obligatorio. Y en esto no valen los términos medios para el político porque se
debe privilegiar al altruismo por sobre el lujo derrochador bajo cualquier
circunstancia y medida al menos en tanto no se haya logrado conquistar la
justicia social.
Es claro que políticos como
Margarita Arellanes y EPN encarnan la injusticia en las relaciones humanas:
Mientras carecen de sentimientos de responsabilidad moral para con los
ciudadanos que gobiernan, y mientras gozan de operar así, de esa forma, sí que
están siempre prestos para pedir sentimientos de responsabilidad en los
ciudadanos para con ellos, como gobernantes, a fin de que sus caprichos personales
se hagan posibles para abonar en su prestigio personal. Y si el capricho de
Margarita son las bolsas Vuitton, el capricho de EPN es por lo menos su avión
de lujo de 7 mil millones de pesos.
En breve, estos políticos son muy
infieles a su sociedad.
Nota: La gama de la infidelidad
es muy amplia, no solo es erótica.
Buen día.
Puede leer este artículo también en el diario digital mexicano SDP, donde regularmente publico los trabajos o artículos que usted ve en el acervo de este blog.
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