![]() |
De Ali Shaker/VOA |
Si muchos subestimaron y
despreciaron a Donald Trump fue porque compraron como cierta la grotesca
caricatura que la falsimedia nos está ofreciendo de este hombre desde el
principio de este proceso: un mercachifle ignorante intrusionando a la
"sofisticadísima" política, un egotista, un extravagante, un vulgar
incorrecto, el padre fundador del machismo y el racismo norteamericanos, un
peligro para el mundo.. Y por supuesto que es muy previsible que si alguien ha comprado
la caricatura jamás le dará alguna posibilidad de ser residente de los EUA a
Donald. Pero ya sabemos que las apariencias engañan porque suele ocurrir que no
se corresponden con la realidad que subyace, y en este caso los hechos
consumados ya nos demostraron que muchos se engañaron al comprar como cierta
esa caricatura de Donald.
¿Y por qué muchos compraron esa
caricatura de Donald? Bueno, es un asunto complejo, problemático, pero yo creo
que compraron sobre todo por dos causas. En primer lugar, porque se dejan llevar
por la razón perezosa, de tal forma que se atienen a las solas apariencias y se
dejan tutelar en el pensamiento por supuestas autoridades externas, y sin
requerir para su persuasión más que discursos huecos, sin argumentos, sin
pruebas y demostraciones. "Si lo dijo CNN, entonces es verdad" - se
dicen los amantes de ser tutelados -. En segundo lugar, muchos compraron la
caricatura de Donald porque se dejan llevar por las emociones desordenadas sin jamás
lograr procesarlas para pasar a las reacciones razonables. En este caso están
los que compran, sobre todo, los aspectos más sombríos de la caricatura de
Donald para luego optar por las fugas emocionales: furia, miedo, descalabro y hasta
desmayo. Son los sujetos que van por el mundo rabiando y gritando contra
Donald, como Vicente Fox, o quienes viven casi desmayados por culpa de Donald,
como Enrique Krauze, que en su vértigo ya hasta imagina una segunda guerra
entre México y EUA por culpa de Donald. Aunque de paso quiero advertir que en
el caso de Fox y Krauze, más que auténticas reacciones emocionales, veo
reacciones trufadas de mucha afectación teatral para tratar de influir en sus
auditorios a favor de su candidata: Hillary Clinton. Y en el caso de Fox
podemos añadir el móvil apuntado a montarse en la ola Donald para recuperar un
tanto su vilipendiada fama. Pero en fin, hagamos a un lado la grotesca
caricatura mediática de Donald Trump y las fugas emocionales de sus consumidores,
y vayamos a la realidad de Donald y sus posibilidades, a lo que hay ahí detrás,
oculto tras la caricatura.
Como ya sabemos, Donald está
desde tiempo atrás en una tendencia a la alza en atención del público y preferencias.
Prácticamente se hecho dueño de la atención del público norteamericano. Apenas
antier rompió records de audiencia en Reddit, dejando atrás una marca de Obama
de hace tres años. No hace ni unos días tomó el poder completo de un partido Republicano
virtualmente unificado, se convirtió en su caudillo, y le entregó a los
republicanos el programa político más conservador y nacionalista de la historia
moderna. Tan es fuerte la adhesión del "people" a ese programa, que
cerca del 73 % de los norteamericanos que supieron del discurso de Donald en la
Convención consideran que este hombre tiene el programa correcto para el país -
aunque admito cierto sesgo republicano en audiencia -. Las encuestas ya marcan
a este momento una ventaja para Donald, incluso en las encuestas de los medios
que tanto lo atacan. Las encuestas dejan ver una tendencia de largo a la alza
para Donald y una tendencia a la baja de Hillary. Y sobre esto último vuelvo a
decir lo mismo que dije en mis primeros artículos sobre este tema, al arranque
de las primarias: la ola Trump es más fuerte de lo que vemos en las encuestas
porque hay mucho voto Trump no revelado. Y hay que decir que la causa de ese
voto no revelado está en la misma falsimedia, porque ella es la que ha generado
estigmas que sancionan negativamente a todo aquel que se atreve a manifestar
públicamente su apoyo a Trump. Así que ya tienen un problema generado por ellos
mismos porque desconocen el tamaño del tremendo golpe que les espera. En suma,
pues, y a este momento, Donald tiene ya muy altas probabilidades de ganar la
elección.
Por el contrario, Hillary Clinton
está en una tendencia a la baja en preferencias y audiencia. En general, y en
el ámbito campañero, podría decirse que Hillary está siendo eclipsada por
Donald. Pero lo peor para Hillary no está ahí, en su mala campaña por sí misma,
sino en su decadencia de legitimidad una vez que se ha detonado desde semanas
atrás una trágica bola de nieve cuesta abajo con las revelaciones sobre su
desempeño en la política. Se trata de una bola de nieve cuesta abajo que crece
y que sigue más o menos la siguiente ruta: Bengazi; los 30 mil e-mails
perdidos; los negocios cruzados con la Fundación Clinton; el SuperPac de Wall
Street y los discursos a precios millonarios; la extraña entrevista de Loretta
Lynch, la Fiscal de EUA, con Bill Clinton momentos antes de que aquélla tomara
la decisión de no proceder contra Hillary; la comparecencia de escándalo de
Loretta en el congreso, donde la pusieron en la parrilla y se evadió más de 70
veces a las preguntas de los congresistas sobre su actuación en el caso Hillary;
las revelaciones de Wikileaks sobre la conspiración del Demócrata contra el
ingenuo de Bernie Sanders, y que exponen a ese partido como una corporación del
cohecho. Un partido Demócrata fracturado por la desilusión y deserción de los
exseguidores del ingenuo Bernie Sanders a raíz de la conspiración demócrata
contra éste. Como puede ver, es una trágica bola de nieve que no para de crecer
rodando abajo y que apunta a convertirse en una catástrofe si nos atenemos al
anuncio que hizo Assange en el sentido de que hay muchos más datos por revelar
que tienen el poder para conmover a todo el sistema político norteamericano. Y
vaya que el efecto negativo de esta bola de nieve ya se deja sentir: cerca del
70 % de los norteamericanos no consideran a Hillary una persona confiable.
Los hechos consumados nos dicen
que en este momento Donald se ha convertido en la mejor apuesta en la política
norteamericana, en tanto que Hillary está dejando de ser una buena apuesta. Tan
es así con Hillary, que ya empieza a preocupar hasta a sus propios compañeros
de partido, como es el caso del gobernador demócrata de California, quien
recién declaró que la situación general del partido y de su candidata es, no
crítica, sino alarmante.
En el balance, si la situación
general del proceso electivo en EUA permanece con la inercia actual, si no
estalla un escándalo monumental contra Donald en los días y semanas por venir -
que puede ocurrir porque no podemos postular que es un santo -, y dado que la
bola de nieve contra Hillary parece que va para más y peor, entonces podría
decirse que Donald Trump será el siguiente presidente de los EUA con muy alta
probabilidad. Digamos que Trump ya avanzó impetuosamente hacia la Casa Blanca,
a tal grado que ya tiene un pie en ella, mientras que Hilllary se aleja de la
Casa Blanca a pasos agigantados y muy apresurados.
Podrían aducirse multitud de
razones para explicar la muy probable llegada de Donald a la presidencia de los
EUA. Pero yo creo que son dos las razones fundamentales. Me refiero en primer
lugar a una razón que ya he abordado en mis primeros artículos sobre Donald
Trump. Creo que si Donald se ha ganado las preferencias, y si casi ha monopolizado
la atención de todos, es porque es el único contendiente que le ha estado
hablando al grueso del pueblo norteamericano sobre lo que quiere escuchar. Donald
le está hablando a todos los tipos sociales significativos en su país,
valiéndose de las opiniones, creencias y aspiraciones dominantes en cada uno de
esos tipos. Le habla al trabajador anglosajón con su oposición a los tratados
de comercio. Le habla al cristiano protestante con un programa conservador y
con un Pence como vicepresidente que tiene la astucia para decir: primero soy
cristiano, y luego republicano. Le habla al trabajador de más bajo estrato con
su propuesta para el enforcement law y la racionalidad en la inmigración. Le
habla al norteamericano saqueado con la burbuja de los subrpime en el 2008 con
su propuesta para la regulación de Wall Street. Y es aquí también donde vemos a
Donald aplicando en ocasiones eso que Weblen llamaba psiquiatría aplicada,
porque también le habla implícitamente a todos esos tipos sociales que conforman
los aspectos más sombríos pero reales de la sociedad norteamericana: hegemonistas
y sucedáneos. En general, muy pocos y muy minoritarios son los grupos sociales especiales
que quedan fuera de la gama discursiva y programática de Donald Trump. Se me
vienen a la mente los LGBT, los socialistas, los ecologistas y los inmigrantes
ilegales.
En segundo lugar, Donald está
tratando a la clase dirigente norteamericana - políticos y el 1 % de los más
ricos - y a la falsimedia tal como al pueblo ordinario le gustaría tratar a
esos grupos especiales. Es aquí donde vemos al Donald que rechaza la careta del
Nice Guy, el incorrecto que hace uso intensivo y creativo de la sátira más
corrosiva y de la befa pública para ridiculizar a los santones de la política,
las finanzas y el periodismo, así como a sus rituales. Y me atrevo a creer que
esta segunda razón es tan poderosa como la primera, de tal forma que no
descarto que sean muchos norteamericanos los que votarán por Donald en atención
a este solo factor, y con independencia del contenido de su programa político. Y
para calibrar la importancia de esto, solo baste recordar que desde la crisis
de 2008 los norteamericanos califican a los políticos y a los financieros como
teniendo casi la misma condición moral de los felones y las prostitutas.
Por el contrario, Hillary está
hablando de continuidad y haciendo gala de los habituales comportamientos
"correctos" en la política, con lo cual se restringe a hablarle
solamente al 1 % de los más ricos en EUA, a la clase política oficialista, y a
los militantes demócratas entusiastas. Pero sabemos que todo eso es ruido
ininteligible y hasta repulsivo y chocante para el grueso de los
norteamericanos, que buscan un cambio hacia el renacimiento de los EUA y que
tienen repulsión por la clase dirigente y sus rituales caducos.
En fin, si me viera precisado a calificar
el desempeño de los contendientes en estas elecciones en EUA, tendría que decir
que Donald Trump ha dado una cátedra de arte política a sus rivales y que
Hillary está reprobada, o en el mejor de los casos solo alcanza a pasar de
"panzaso". Pero las diferencias de rendimiento se hacen más
contrastantes y dramáticas cuando apelamos a las circunstancias de cada uno. En
efecto, porque lo de Donald ya tiene tintes de hazaña cuando recordamos que su conato
está comprometiendo una lucha personal contra el Establishment norteamericano y
la falsimedia global, en tanto que lo de Hillary se matiza de fracaso en
redondo puesto que cuenta con el apoyo de esos dos mundos especiales.
Hasta aquí, y sinceramente, yo no
veo en el estrato de la realidad a la grotesca caricatura de Donald Trump que
ha dibujado la falsimedia desde el principio de este proceso. Eso solo es lo
que siempre ha sido: un fantasma mediático. Lo que yo veo y siempre he visto es
a un Donald de verdad, el real. Hablo del tipo audaz, ambicioso, práctico, muy
astuto, de nervio espartano, de voluntad inquebrantable, y que es capaz de apelar
al maquiavelismo para cumplir sus propósitos en la política. Lo que veo, en
suma, es al empresario que fue subestimado por muchos, pero que supo insertarse
eficazmente en la política para dar una cátedra de arte política a los mismos
políticos y hasta vapulearlos.
Pero hay que decir que los
políticos y financieros norteamericanos han abonado en su mismo fracaso
provisional ante Donald Trump. Ellos lo subestimaron al grado de rebajarlo al nivel
de un pobre e ignorante mercachifle. Y de cierto que ese subestimarlo fue producto
de su torpe y arrogante costumbre de postular que el enemigo es un tonto. Pero
nada más contrario a la prudencia que eso, porque el hombre sabio siempre asume
que sus enemigos son tan o más inteligentes que él. Y por cierto que apenas antier
el mismo Obama nos daba una muestra de esta arrogancia al calificar a Donald de
ignorante...Perdón, no escuché bien, señor presidente: ¿Ignorante Donald,
cuando los está derrotando?...Signo evidente de que Obama, pese a su fracaso
provisional frente a Donald, sigue postulando que él es más listo que el
comerciante metido a político.
Para finalizar, me hago una
pregunta: Si Donald le ha dado una faena de arte política a la clase dirigente norteamericana,
y no obstante tener al mundo en contra, ¿de qué será capaz si es presidente de
los EUA y tiene al mundo bajo su égida? Si me atengo a los hechos consumados, y
como sé que ningún hombre es diablo o ángel, yo no me atrevería a subestimarlo.
Tal vez el comerciante metido a político resulte al final un buen presidente de
los EUA.
Y eso es todo.
Puede leer este artículo también en el diario digital mexicano SDP, donde regularmente publico los trabajos o artículos que usted ve en el acervo de este blog.
También le doy enlace a mi página
de Facebook:
0 Comentarios