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De ProtoplasmaKid |
El balance moral en la vida pública de AMLO es muy positivo. En
un país como el nuestro, donde la moral es un árbol que da moras, eso es lo que
le da a AMLO un interés especial para mucha gente. Pero sería una exageración afirmar
que AMLO es dueño de un ser moral completo, porque en ocasiones se deja mover
por sus impulsos y no quiere ponerse en conformidad con la ley moral, que
ordena proceder siempre con una máxima que pueda valer para todos por igual. Nada
anormal, porque todo ser humano posee ese lado sombrío en alguna medida. A
veces, por ejemplo, AMLO monta en terquedades o dice mentiras y simulaciones. El
problema es que, dado su rol de líder social, esas reacciones sombrías pueden
traer consecuencias graves para todos. Tomo como ejemplo de esto un artículo
que él publicó antier en el diario Washington Post, titulado: "Andrés
Manuel López Obrador: México luchará contra las ideas de Trump", y donde
usa algunas mentiras y simulaciones para criticar a Donald Trump. Iré citando a
AMLO, y haré mis observaciones en cada punto.
Dice AMLO: "En su inmensa mayoría - los inmigrantes
mexicanos - son gente honrada y de trabajo, expulsada de su propio país...realizan
un aporte doble y fundamental a la economía de ambos países... pretensión
abusiva y arbitraria obligar a los mexicanos a pagar por una cerca
fronteriza."
AMLO se vale de una historia semificticia muy usada en este
tema para tratar de justificar heroicamente a los inmigrantes ilegales. Pero es
una mentira porque omite cosas muy importantes que anulan toda justificación, como
veremos enseguida.
La dignidad es un valor intrínseco que no tiene equivalencias
porque es superior a nuestro concepto de valor ordinario y relativo - precio,
utilidad, etc. -, y que tiene su principio en la segunda fórmula del imperativo
categórico: "Obra de manera tal que trates a la humanidad, tanto en tu
persona como en la persona de los otros, siempre como un fin y nunca solo como
un medio". Ese imperativo postula a la libertad humana, así que la dignidad
consiste también en la autonomía legislativa de la persona. Y la persona con
dignidad también es moralmente responsable, lo cual le permite sentir
satisfacción al hacer el bien y sentir culpabilidad cuando causa males o daños
a otros para luego reparar.
Los norteamericanos, fundados en su dignidad o autonomía
legislativa, han acordado desde mucho tiempo atrás unas leyes de inmigración
para su país. Los mexicanos, sin son dignos y moralmente responsables, están
constreñidos a respetar y cumplir esas leyes a manera de un imperativo
irrenunciable. Pero aquí empiezan los problemas para nosotros porque sabemos
que cada año, y desde muchos años atrás, cientos de miles de mexicanos cruzan ilegalmente
hacia los EUA. Todos esos mexicanos no han querido ponerse en conformidad con
la moral en este asunto, y por consecuencia asumen a los yanquis, no como fines
en sí mismos, no como personas con una dignidad que merece respeto, sino solo
como medios de su propósito arbitrario: cruzar ilegalmente a los EUA. En igual
falta caen los que alientan esa conducta irregular de cualquier modo: desde la
política, desde los medios, desde los litigios, etc. Y no hay manera de
justificar esto por lo que ya dijimos arriba: ningún valor ordinario y relativo
- dinero, bienestar personal, placer, etc. - justifica moralmente el sacrifico
de nuestra dignidad o la dignidad de las otras personas. Así pues, de nada nos
sirve apelar a justificaciones sentimentales y económicas a la inmigración
ilegal, como la aflicción, como la pobreza, la falta de empleo y los bajos
salarios en México, como las aspiraciones a la mejora, o como las ganancias de
algunos norteamericanos con el empleo de los ilegales, porque el acto inmoral
de cruzar la frontera ilegalmente, y el consecuente insulto a la dignidad de
los yanquis, persisten, no se diluyen.
Difícil saber por qué y cuándo fue que los mexicanos llegamos
a esto. Lo que sabemos es que, en algún momento del remoto pasado, llegamos a
un exceso de dignidad que disolvió el imperativo categórico en la nada y nos confirió
el derecho arbitrario para cruzar ilegalmente a los EUA a placer y sin
experimentar culpa alguna. Y para ayudarnos a anular la espuela de la
responsabilidad moral nos creamos un subrogado de cultura del inmigrante ilegal
que asume al acto del cruce ilegal de la frontera como un "bien
hacer" al que se le confiere, además de virtudes, un honor. En efecto,
porque según esa cultura, el inmigrante ilegal es la persona que merece honor,
consideración y alta estima, solo por tener las "virtudes" para
intentar cruzar ilegalmente a los EUA confrontando las duras hostilidades de la
naturaleza y la Border Patrol, y solo con el fin de ganar dinero. ¿Y la dignidad
de los yanquis y el sentido de responsabilidad moral? Sabrá Dios, porque en
esta cultura subrogada han sido proscritas a la nada por decreto de nuestra
caprichosa voluntad.
La criminalización de los ilegales y el famoso muro fronterizo
son solo el resultado de esta historia muy muestra. En efecto, nosotros los
mexicanos, por nuestro exceso de dignidad, hemos llevado a los yanquis al
extremo de criminalizar el cruce ilegal de la frontera y luego a acariciar la
idea de un muro fronterizo. Y nada más natural que esto haya ocurrido, porque
si nosotros no hemos sido capaces de garantizar con la buena voluntad el
respeto a la parte de la dignidad humana de los yanquis inscrita en sus leyes
de inmigración, es razonable que ellos busquen por su cuenta soluciones constrictivas
para frenar por la fuerza nuestro exceso y arbitrariedad en este tema. Ahora
bien, si no somos capaces de garantizar el respeto a sus leyes de inmigración, entonces
debemos colaborar con ellos cuando buscan garantizarse a sí mismos contra este
problema con los medios que ellos estimen más eficaces, y siempre y cuando no
lastimen nuestra dignidad. Y de concretarse ese muro, ¿quién debe pagarlo?
Bueno, los moralmente obligados a reparar el daño en ambos lados de la
frontera.
En su artículo AMLO se ciñe a ese subrogado de cultura del
inmigrante ilegal para pintarnos una historia semificticia como si fuera real.
En esa historia la "inmensa mayoría" de inmigrantes mexicanos son los
buenos que son injustamente perseguidos por un monstruo racista, demagogo y
tiránico llamado Donald Trump. ¿Y la dignidad de los yanquis, nuestro exceso de
dignidad y la ley moral? No existen esas cosas en esta historia semificticia de
AMLO porque las ha proscrito al mundo de la nada.
Dice AMLO: "Los trabajadores mexicanos que acuden
a Estados Unidos no son, como lo afirmó el entonces candidato Trump,
delincuentes, narcotraficantes ni violadores."
AMLO se está refiriendo a la siguiente expresión de Trump del
16 de junio de 2015: "Cuando México envía a su gente no manda a los
mejores...Envían a gente con muchos problemas, y están trayendo esos problemas
con nosotros. Traen drogas. Traen crimen. Son violadores. Algunos, asumo, son
buenas personas". Interpretada bien la expresión, Donald dijo que entre
los inmigrantes mexicanos hay malas personas y buenas personas, donde las
primeras hacen mayoría. ¿Y por qué son mayoría las malas personas? Ocurre que
para muchos yanquis el cruce ilegal de la frontera es un crimen, no una falta
administrativa. Y como la mayoría de los inmigrantes mexicanos son ilegales...El
contenido del concepto "crimen" en una sociedad lo determina el grupo
social. Y para nuestra desgracia, desde hace años hay una tendencia creciente en
EUA a definir la entrada ilegal a ese país como un crimen, no como una falta
administrativa. Dieciocho estados en aquel país han legislado para criminalizar
a la inmigración ilegal o han estado en intenso debate en el tema. El mismo
régimen de Obama ya consideraba un crimen el entrar a ese país ilegalmente
varias veces o cuando reingresas ilegalmente luego de haber sido deportado. Y
por supuesto que el régimen de Trump impulsa esa tendencia con mayor vigor. Y
si esta criminalización de los ilegales nos parece algo muy excesivo, no
debemos olvidar lo que ya dije antes: esto es resultado de nuestro exceso de
dignidad y su derecho arbitrario al cruce ilegal de la frontera.
Lo que me parece incorrecto de Donald es que haya etiquetado
a las personas como malas o buenas. Peor todavía que haya etiquetado a muchos
como malas personas solo por no haber cumplido las leyes de inmigración de EUA.
Es como pasarse por alto todo el contenido biográfico en la vida de esas
personas.
Así que llegamos a una simulación y una mentira de AMLO en
este punto. Donald no calificó a todos los inmigrantes mexicanos de delincuentes,
narcotraficantes o violadores, y él no detonó su criminalización. En esencia,
los que detonamos la criminalización fuimos nosotros mismos, los mexicanos.
Dice AMLO: "El objetivo central - de Trump - era
llegar a la Casa Blanca, incluso si para lograrlo fuera necesario fomentar el
odio racial, la paranoia colectiva y un orgullo imperial, obsoleto en el mundo
contemporáneo."
AMLO quiere quitar legitimidad al triunfo de Trump deslizando
la idea de que este hombre usó de medios inmorales para ganar las elecciones
bajo la máxima del maquiavelismo vulgar: El fin justifica los medios. Pero AMLO
miente tres veces al deslizar los conceptos: racismo, imperialismo y paranoia
colectiva. Vamos con la primera mentira. A menos que AMLO me demuestre lo
contrario, no hay ni el mínimo rastro de alguna doctrina racista o xenofóbica
en el programa político que Trump ofreció en su campaña. Jamás vemos por ahí
algún argumento que sugiera la segregación o el exterminio de algún grupo
étnico por ser una antirraza parásita o una anticultura parásita. En el
programa de Trump la deportación de inmigrantes ilegales tampoco tiene móviles racistas
o xenofóbicos. Tiene solo tres móviles: legal - enforcement law -, económico y
seguridad nacional. Los tres son móviles legítimos, y el móvil económico es
tema de debate, no concluyente.
Segunda mentira de AMLO. Contra lo que dice AMLO, uno de los
más importantes aspectos del programa político que ofreció Trump en campaña fue
la renuncia al tradicional papel de EUA como policía, fiscal y juez del mundo,
bajo el lema de "America First". En estos momentos hay una lucha
interna en EUA entre los que quieren persistir en el America First, como Trump
y los republicanos de base, y los residuos del viejo Establishment que empujan
por el sostenimiento de la voluntad de poder supranacional.
Tercera mentira de AMLO. Cierto, en EUA se ha desatado una
ola de reacciones emocionales desde que ganó Trump, y que yo más bien llamaría:
histeria colectiva. Pero esa histeria colectiva no la ha creado Trump, la ha
creado la falsimedia norteamericana, que es el brazo propagandístico del
Establishment que fue derrotado por Trump, y con el fin de desestabilizar y
deslegitimizar al nuevo régimen. La función principal de la falsimedia en esta
conspiración es difundir habladurías - Fake News - tal como si fueran juicios
objetivamente verdaderos y que detonen el miedo infundado en la gente. Y una de
esas muchas habladurías es la que usa AMLO en su artículo: acusar al programa
de Trump de racismo, pero sin tener elementos factuales para emitir ese juicio.
Y por supuesto que el Washington Post publica con gran regocijo el artículo de
AMLO porque ese diario es uno de los estelares en la conspiración de la
falsimedia norteamericana.
Dice AMLO: "El triunfo electoral de Donald Trump...puede
explicarse por el uso propagandístico de consignas electorales diseñadas para
aprovechar el descontento, la frustración de sectores de la sociedad...y para
desviar la atención de los problemas reales y enfocarla en enemigos
imaginarios."
Simulación de AMLO con la expresión "consignas
electorales". Trump tiene un programa político que postula esencialmente
por el nacionalismo, el aislacionismo, el trabajo remunerador - no al dinero
fácil - y la precedencia del individuo sobre el Estado. Los primeros dos
elementos proponen, bajo el lema de "America First", un adiós al
neoliberalismo y el retorno a un modelo que le dio excelentes resultados a los
EUA en cierta etapa de su historia moderna. Los otros dos elementos de la
fórmula apuntan al retorno a la genuina doctrina política de Thomas Jefferson.
Y en ese programa político triunfante no hay evasiones ni enemigos imaginarios,
sino problemas reales a erradicar, como: el libre comercio, la inmigración
ilegal, el injerencismo de EUA, la precedencia del Estado sobre el individuo,
la doctrina del dinero fácil de las élites, etc. Y simplificación irresponsable
de AMLO el decir que Trump solo se aprovechó de los descontentos y frustrados.
Este programa político se construyó con las demandas más importantes de los
norteamericanos que se le adhirieron en el proceso electoral, y donde hay seres
humanos en diferentes estados emocionales: felices, exultantes, tristes,
afligidos, descontentos, frustrados, satisfechos, etc.
Pero aquí hay una ironía porque parece que AMLO se está
describiendo a sí mismo en ese párrafo de su artículo. Sabemos que AMLO está
muy especializado en aprovechar la veta de los descontentos y frustrados. Es
por eso que ahora aprovecha irrestrictamente a los descontentos y frustrados con
Donald Trump, y donde se incluyen los grandes ricos de este país, que se
aliaron con la parte perdedora en las recientes elecciones de EUA por su adicción
al neoliberalismo, al TLC y a la inmigración ilegal. Y no es sino por esto que
AMLO ha terminado con un batiburrillo de ideas confusas y contradictoras, que
ahora sí parece un cúmulo de consignas electorales. Y desde luego que a AMLO a
veces le gusta inventar enemigos imaginarios.
Dice AMLO al cierre de su artículo: que la confrontación entre EUA y
México es un mal negocio, y que de ser presidente buscará una relación de
respeto y colaboración con el vecino del norte, así como persuadir a Trump de
que su política exterior es errónea y contraproducente.
Y es así como llegamos a una grave contradicción en AMLO. Ya
vimos que AMLO usa en su artículo algunas mentiras y simulaciones para criticar
a Trump. Pero como dijimos al principio, cada mentira y simulación de AMLO es
una resistencia de él a ponerse en conformidad con las exigencias de la moral.
El problema es que cada vez que AMLO hace esto está introduciendo una máxima de
la mentira que no respeta la dignidad de los afectados por dichas mentiras, que
se destruye a sí misma porque no vale para todos, y que por consecuencia
introduce la división y el conflicto entre los seres racionales, donde está él.
Y en este caso particular, AMLO introduce la división y el conflicto entre él y
Donald Trump, lo cual equivale a una división y conflicto con los EUA. Son reacciones
sombrías de AMLO que lo meten en contradicción y nos pueden poner en peligro a
todos.
¿Qué quiere AMLO en realidad con EUA? ¿Acaso quiere división
y conflicto con EUA?
Y eso es todo.
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