Recapitulando algunos puntos importantes de esta saga "Obamagate":
Las investigaciones del Congreso republicano han probado que
el gobierno de Barack Obama politizó y corrompió sus aparatos de inteligencia, justicia
y política al menos desde la campaña presidencial del 2016. El móvil de estas
desviaciones era obstruir la justicia a favor de Hillary Clinton y criminalizar
a Donald Trump. En el segundo caso había dos objetivos alternativos en
secuencia temporal: evitar que ganara las elecciones presidenciales o, en caso
de que ganara las elecciones, destituirlo a través de una causa criminal o por
lo menos con un juicio político. En lo esencial, la estrategia del gobierno de
Barack Obama contra Donald Trump se basó en espionaje político. Se trata de
espionaje político porque el gobierno de Barack Obama realizó gestiones de
espionaje FISA colmadas de irregularidades y teniendo como objetivo al
candidato del partido republicano. La irregularidad más importante fue el uso
del dossier Fusion GPS como prueba fundamental, que es un conjunto de
memorándums conteniendo información de seudointeligencia no verificada - mentiras,
simulaciones, habladurías, chismes. etc. - sobre Donald Trump y algunos de sus
asociados en campaña, y que fue ordenado y financiado por Hillary Clinton y el
Partido Demócrata.
Según se van acomodando las cosas en este asunto, es de muy
alta probabilidad que las indagaciones del Congreso republicano terminen en el
escritorio de Barack Obama. Y para empezar a persuadirnos de esto podemos
adelantar algunos indicios que lo acusan.
Los indicios contra Barack Obama: El muy extraño e-mail de Susan Rice.
El 12 de febrero de 2018 el senador Chuck Grassley,
presidente del Comité Judicial del Senado, publicó en su página de Internet un
e-mail muy inusual de Susan Rice, la exAsesora de Seguridad Nacional de Barack
Obama. Se trata de un e-mail que ella se envió a sí misma el 20 de enero de
2017, el mismo día en que Donald Trump tomó posesión como presidente de los
EUA, y sólo minutos después de que ella abandonó su función en el gobierno. El
correo de Susan se refiere a dos reuniones que tuvieron lugar en la Oficina
Oval de la Casa Blanca el 5 de enero de 2017. En la primera reunión se entregó
a Barack Obama los resultados del informe que había ordenado días antes a
varias agencias de inteligencia en torno a la interferencia rusa en las
elecciones presidenciales del 2016. En esa primera reunión informativa
estuvieron James Comey - exDirector del FBI -, John Brennan - exDirector de la
CIA -, James Clapper - exDirector de Inteligencia Nacional - y Michael Rogers -
director de la NSA -. Inmediatamente después de esa primera reunión vino otra
reunión para tener una "breve conversación de seguimiento" con Barack
Obama sobre la interferencia rusa en las elecciones. En esta segunda reunión
participaron: Barack Obama, James Comey, Sally Yates - exSubprocuradora de
Justicia -, Joe Biden - Vicepresidente - y Susan Rice.
Se puede deducir con facilidad el tema principal y oculto de las
dos reuniones. Esto lo deducimos si acudimos a los siguientes datos.
Desde la publicación del memo FISA sabemos que el dossier Fusion
GPS fue la prueba fundamental en las gestiones de espionaje del gobierno de
Barack Obama contra Donald Trump desde finales de octubre del 2016. A este
respecto vale recordar lo que declararon James Comey y Andrew McCabe en sus
comparecencias respectivas ante el Congreso. James Comey dijo lo siguiente en
su comparecencia del 20 de marzo de 2017: la presunta colusión de Donald Trump
con Rusia siempre fue vista por el aparato de justicia como parte de la
interferencia rusa en las elecciones. Por su parte, McCabe declaró lo
siguiente: sin el dossier Fusion GPS no habrían sido posibles las gestiones de
espionaje FISA.
Por filtraciones anónimas a los medios en esos días supimos
que en la primera reunión se le entregó a Barack Obama un resumen ejecutivo del
dossier Fusion GPS a modo de apéndice de la investigación oficial en torno a la
interferencia rusa. Probablemente el lector recordará que las filtraciones
parciales y de escándalo del dossier fue por esos días la noticia de primera
plana para los medios afines al demócrata: CNN, Washington Post, New York
Times, Mother Jones, etc. Y estoy persuadido de que esta entrega oficial a
Barack Obama estaba apuntada a darle legitimidad y credibilidad al dossier Fusion
GPS, que sería publicado sólo días después de esa reunión, el 10 de enero de
2017, en BuzzFeed.
En días recientes el fiscal especial Robert Mueller anunció
que estaba indiciando a varios ciudadanos rusos por interferir en las
elecciones presidenciales del 2016. Es un tema al que me referiré en un
siguiente artículo, y me limito a decir por el momento que se trató de una
farsa de Robert Mueller. Es evidente que el veredicto de Robert Mueller se basó,
no en el dossier Fusion GPS, sino en la investigación oficial que fue entregada
a Barack Obama en esa primera reunión informativa del 5 de enero. En esencia, se
trata del mismo resultado ridículo: los indiciados formaban parte de una granja
de trolls rusos con fines lucrativos, varios ciudadanos rusos que entraron
desde el año 2014 a EUA con permiso del gobierno de Barack Obama, y que no tuvieron
impacto en los resultados de las elecciones del 2016. A su vez, ni en la
investigación oficial entregada a Barack Obama ni en el veredicto de Robert
Mueller hay algo que conecte a los elementos principales de la falsa narrativa
rusa: espías rusos coordinados con Donald Trump, Paul Manafort, Carter Page y Assange
y su Wikileaks.
Siendo así, es ridículo y absurdo pensar que Barack Obama
tuvo una reunión informativa con cuatro líderes de la comunidad de inteligencia
y una reunión de seguimiento con los líderes del aparato de justicia, solo para
discutir el papel de una granja de trolls rusos que no tuvieron impacto en las
elecciones del 2016. Así pues, es claro que el tema central de las dos
reuniones con Barack Obama fue algo que Susan Rice jamás se atrevería a declarar
en su extraño e-mail: el dossier Fusion GPS y la espionaje político contra
Donald Trump y sus asociados.
El e-mail de Susan introduce dos declaraciones que me parecen
muy importantes. Por el momento me enfocaré en una de ellas porque se enmarca
en el tema de este artículo, y dejaré la otra declaración para el siguiente
artículo. Nos dice Susan lo siguiente en su e-mail: "El presidente Obama
comenzó la conversación enfatizando su compromiso continuo de garantizar que
todos los aspectos de este tema sean manejados por las comunidades de
Inteligencia y de Justicia según indica "el libro". El presidente
enfatizó que no está preguntando, promoviendo o instruyendo nada desde una
perspectiva de aplicación de la ley. Reiteró que nuestro equipo de aplicación
de la ley debe proceder como lo haría normalmente con el "libro"".
Pero ocurre que las evidencias recientes prueban que lo que
no hicieron los funcionarios del aparato de justicia de Barack Obama fue
precisamente apegarse "al libro" en las investigaciones sobre la
presunta colusión rusa. Y no solo eso, sino que también estaban cometiendo
irregularidades al menos desde principios del 2016, durante las investigaciones
en el caso de los e-mails de Hillary Clinton. Vaya, el mismo e-mail de Susan da
prueba documental de una irregularidad más en el gobierno de Barack Obama: la
segunda reunión del 5 de enero de 2017 va contra "el libro", porque
es una "conversación de seguimiento" a la investigación judicial en
la colusión rusa entre dos líderes del aparato de justicia - James Comey y
Sally Yates -y tres líderes del aparato político - Barack Obama, Joe Biden y
Susan Rice -.
Está a la vista la interferencia y el comando de Barack Obama
en las investigaciones, y Susan Rice mintió en esta declaración de su e-mail. Así
pues, parece que el móvil oculto de Susan con esta declaración era dejar un registro
documental que sirviera como prueba de inocencia a favor de su jefe Barack
Obama y de ella misma en caso de que la conspiración en marcha fracasara y
fuera puesta al descubierto. Seguramente en la imaginación de Susan se tejía la
idea de que ella y Barack Obama podrían usar su e-mail para argumentar que
siempre recomendaron al aparato de justicia actuar conforme "al
libro" y que no estaban implicados en la conspiración. Sin embargo, parece
que Susan fue muy torpe a la hora de calcular el futuro porque, a la luz de las
pruebas que han ido saliendo hasta la fecha, esta declaración de Susan parece
más bien una confesión de culpabilidad. Es tal como si, en Crimen y Castigo de
Dostoievski, Raskolnikov le hubiera dirigido una carta a Petrovich
manifestándole que él no asesinó a la anciana usurera y a su hermana antes de
que éste abrigara alguna sospecha en contra de él.
Pero las consecuencias trágicas de ese e-mail de Susan pueden
ser peores. Esa declaración de Susan me lleva a inferir que ambos, ella y
Barack Obama, estaban listos al menos desde el 20 de enero de 2017 para
traicionar al resto del equipo conspirador, lavándose las manos y dejándolos
por su cuenta en caso de que fueran atrapados en el delito de conspiración
contra el Estado. De esta forma, no descarto que la revelación de este e-mail
de Susan vaya a disponer a los otros implicados en la conspiración para
entregar a Barack Obama y a Susan a cambio de un perdón por parte del gobierno
de Donald Trump. Y mire que, de ocurrir esto, no sería asombroso para mí porque
parece que ya existen al menos cinco conspiradores que acordaron colaborar como
informantes protegidos con el Congreso republicano a cambio de un perdón. Pero
ese tema lo dejaré para un siguiente artículo.
En suma, el extraño e-mail de Susan ya empieza a darnos
fuertes indicios de que Obama estaba perfectamente enterado del curso y
contenidos específicos de las investigaciones en torno a la presunta colusión
de Donald Trump con Rusia, lo cual incluye al dossier Fusion GPS y la espionaje
político. Y debemos suponer que su conocimiento no era el de un espectador o un
conspirador más, sino el que corresponde al líder de la conspiración.
Esta verdad oculta no le pasó por alto al senador Chuck
Grassley. Se infiere con facilidad que fue por esto que publicó ese e-mail en
su página de Internet, y por lo cual también le dirigió un oficio
interrogatorio a Susan Rice ese mismo día 12 de febrero, y dándole como fecha
límite de respuesta el 22 de febrero de 2018. En ese oficio el senador Chuck
Grassley le plantea a Susan 12 preguntas críticas sobre sus posibles conexiones
de conocimiento y acción en torno a la investigación de la colusión rusa. El
preludio del oficio del senador Grassley está sobrecargado de ironía, con la
cual le hace ver tácitamente a Susan que su ingenuo e-mail está delatando a
Barack Obama y a ella misma como parte de la conspiración. Dice el senador
Grassley lo siguiente: "Nos parece extraño que, entre sus actividades en
los momentos finales del último día de la administración Obama, sienta la
necesidad de enviarse un correo electrónico tan inusual que pretenda documentar
una conversación que involucre al presidente Obama y sus interacciones con el FBI
con respecto a la investigación Trump-Rusia. Además, a pesar de su afirmación
de que el presidente Obama le dijo repetidamente al Sr. Comey que proceda 'por
el libro', han surgido preguntas sustanciales acerca de si los funcionarios del
FBI, así como del Departamento de Justicia y el Departamento de Estado,
realmente procedieron 'por el libro.'"
Las mentiras de Susan Rice, Barack Obama y James Comey:
La respuesta de Susan Rice al oficio del senador Chuck
Grassley se dio a través de su abogada el 23 de febrero de 2018. Tomaré los
contenidos de esa respuesta que son de interés para este artículo, y dejaré el
resto del contenido para los siguientes artículos. Ocurre que Susan no
respondió a las 12 preguntas críticas que le planteó el senador Chuck Grassley
en su oficio. Declara que en la reuniones que documentó en su e-mail no se
trató el dossier Fusion GPS y que ella desconocía todo lo referente a la
investigación del FBI en torno a la presunta colusión de Donald Trump y Rusia.
Según Susan, sus fuentes de información en este tema fueron las noticias de los
medios y el testimonio de James Comey en su comparecencia en el Congreso en
marzo de 2017. Asimismo, declara que se envió el e-mail a sí misma para crear
un registro de las reuniones dada la importancia y sensibilidad del tema, y que
si lo hizo con un sensible rezago de tiempo fue porque no había tenido tiempo
de hacerlo antes.
Mi opinión es que Susan Rice mintió en su respuesta al
senador Chuck Grassley, porque sus respuestas son inverosímiles y absurdas. Y
no sería extraño esto porque Susan Rice ha mentido demasiadas veces. Mintió en
el 2012, cuando adjudicó la causa de la matanza de Bengasi, Libia, a un vídeo
ofensivo contra el islam publicado en YouTube. Como ya sabemos, Susan Rice está
involucrada desde principios del 2017 en un problema de consultas irregulares a
la base de datos FISA-702 de la NSA, en el capítulo especial de Donald Trump y
sus asociados, para su posterior filtración a los congresistas demócratas y de
ahí a los medios de información. Susan entró en serias contradicciones cuando
fue cuestionada por algunos medios en este tema.
Barack Obama siempre afirmó que nunca intervenía en las
investigaciones del FBI y el Departamento de Justicia. Sin embargo, sabemos que
con frecuencia argüía en favor de la inocencia de Hillary Clinton en el tema de
los e-mails. Memorable también aquella entrevista que concedió a Fox News en
abril del 2016, en medio del escándalo de los e-mails de Hillary Clinton, y
donde afirmó, en tono ya irritado, lo siguiente: "Tenemos una línea
estricta y siempre la hemos mantenido. Lo garantizo. Garantizo que no hay
influencia política en ninguna investigación realizada por el Departamento de
Justicia o el FBI, no solo en este caso sino en cualquier caso." Pero,
según hemos visto antes, podemos concluir que también mintió.
James Comey dijo lo siguiente en una comparecencia ante el
Congreso en junio de 2017: "Hablé con el presidente Obama dos veces en
persona, y nunca por teléfono. Una vez en 2015 para debatir cuestiones de políticas
de aplicación de la ley y una segunda vez, brevemente, cuando se despidió a
finales de 2016." Entonces concluimos que Comey también mintió porque ya
sabemos por el e-mail de Susan que se reunió con Barack Obama el 5 de enero de
2017. Y no es extraño que haya ocultado al Congreso esta reunión si
consideramos los temas que se abordaron en dichas reuniones: el dossier Fusion
GPS y el espionaje político contra Donald Trump.
Más indicios contra Barack Obama: los intercambios de mensajes de texto entre Peter Strzok y Lisa Page.
El 7 de febrero de 2018 el senador Ron Johnson, presidente
del Comité de Asuntos Gubernamentales del Senado, público un informe titulado
"El escándalo de los correos electrónicos de Hillary Clinton y la
investigación del FBI", el cual iba acompañado de un anexo conteniendo una
buena cantidad de intercambios de mensajes de texto entre Peter Strzok - agente
de contrainteligencia del FBI - y Lisa Page - abogada del FBI -. Ya hemos
tocado en otros artículos de esta saga el tema referente a estos intercambios
de mensajes de texto, pero en esta entrega del senador Johnson nos llegó un
intercambio muy interesante. Ocurre que el 2 de septiembre de 2016 la abogada
Page le comenta a Strzok sobre la documentación que estaban realizando para
Comey en virtud de que éste tendría una reunión informativa con Barack Obama.
Dice a este respecto la abogada Page: "POTUS - Barack Obama - quiere saber
todo lo que hacemos". Otra vez Obama interfiriendo y dirigiendo las
investigaciones.
¿Y qué hacían el agente Strzok y la abogada Page para ese
momento? Oficialmente, y al menos desde julio de 2016, estaban ocupados en la
investigación en torno a la presunta colusión de Donald Trump con Rusia.
Más indicios contra Barack Obama: las extrañas visitas a la Casa Blanca.
Como dije en un anterior artículo, el 19 de abril de 2016 Mary
Jacoby, la esposa de Glenn Simpson, el dueño de la empresa autora del dossier
Fusion GPS, acudió a la Casa Blanca. Así consta en la página de visitantes de
la Casa Blanca. Usted lo puede checar personalmente en esa página. ¿Qué hacía esta
mujer en ese lugar? Curioso, ¿no es así? ¿Acaso una charla muy privada con
Barack Obama o algunos de sus intermediarios?
Entiendo que el lector podría objetar a lo anterior lo
siguiente: Glenn Simpson no se atrevería a dejar en manos de su esposa una
tarea tan delicada y complicada. Bueno, debo decirle que Mary Jacoby no es una
tonta. La esposa de Glenn Simpson es periodista experta y especializada en
reportajes e investigaciones sobre Rusia. Incluso la primera materia prima del
dossier no se debe a Christopher Steele y Nellie Ohr, sino a una serie de
investigaciones periodísticas que Glenn y su esposa Mary escribieron para el
Wall Street Journal a partir del 17 de abril de 2007, mucho antes de las
elecciones presidenciales. En esas investigaciones la pareja se refiere a
varios republicanos notables que ayudaban a magnates rusos en sus gestiones
para acceder a la economía norteamericana. Entre los muchos republicanos
mencionados por la pareja está Paul Manafort, quien fue señalado en el dossier
como el contacto de Trump con los rusos. Naturalmente, cuando Donald Trump
nombra a Paul Manafort como coordinador de campaña el 28 de marzo de 2016,
Glenn y Mary vieron la oportunidad para hacer el mejor negocio de su vida, y
fue así como, a la postre, entraron en contacto con el despacho de abogados que
representaba a la campaña de Hillary Clinton y el Partido Demócrata: Perkins
Coie. Así pues, Mary Jacoby es una mujer perfectamente capacitada para tener
una reunión de acuerdos políticos sobre un tema complicado como el que nos
ocupa. Y curiosamente, sólo días después de esta visita de Mary a la Casa
Blanca Hillary Clinton contrató a Fusion GPS para que realizara el dossier
antiTrump.
El siguiente dato nos da un indicio indirecto. Ocurre que,
entre el 17 y 18 de octubre de 2016, el periodista de investigación James
O'Keefe, del Proyecto Veritas, dio a conocer dos videos seriados donde exhibía
con cámara escondida la existencia de una red nacional de mapaches electorales
demócratas comandada por Robert Creamer, y conectada funcionalmente al Comité
de Campaña de Hillary Clinton y el Comité Nacional Demócrata. En los documentos
audiovisuales Creamer y uno de sus colaboradores, Scott Foval, admiten que su
tarea era realizar fraudes electorales y usar esquiroles para detonar la
violencia en los mítines de Donald Trump. Con respecto a la segunda tarea el
objetivo era crear la percepción de anarquía y odio para socavar el apoyo
político de Donald Trump.
El 30 de octubre de 2016 Robby Mook, uno de los coordinadores
de campaña de Hillary Clinton, fue cuestionado por algunos medios sobre estas
revelaciones del Proyecto Veritas, pero negó cualquier conexión entre la
campaña de Hillary Clinton y el mapache demócrata Robert Creamer. Sin embargo,
luego supimos que Robby Mook mintió gracias a un correo que dirigió Michael Lux
a Neera Tanden el 17 de diciembre de 2015, y que fue publicado por Julián
Assange. Michael Lux es presidente de Progressive Strategies, un despacho de
consultoría política de filiación demócrata, en tanto que Neera Tanden es amiga
cercana de Hillary Clinton y presidenta del Center for American Progress, otro
organismo de filiación demócrata. En dicho correo Lux le informa a Neera que está
compartiendo datos con Robert Creamer, quien es consultor del Partido Demócrata
y muy cercano a Robby Mook.
Pero lo más importante en este caso es lo siguiente. Ocurre
que Robert Creamer también visitó la Casa Blanca durante las elecciones del
2016, y según consta en el registro de visitantes a ese lugar. Las visitas de
Creamer fueron tres: los días 6, 12 y 15 de julio de 2016.
Estas visitas misteriosas a la Casa Blanca sugieren que a
Barack Obama le gustaba tener completo control sobre las operaciones políticas
de su régimen, incluyendo las muy inconfesables: mapachería electoral y
espionaje político contra sus enemigos.
Conclusiones:
Las investigaciones del Congreso republicano siguen adelante.
Han publicado ya dos memos reveladores sobre las irregularidades del gobierno
de Barack Obama que prueban la falsedad de su narrativa rusa y su espionaje
político: Memo FISA y Memo Grassley. Se esperan más memos a medida que las
investigaciones están escalando hacia los primeros niveles de los aparatos de
inteligencia, justicia y política del gobierno de Barack Obama: John Kerry -
exSecretario de Estado -, John Brennan - exDirector de la CIA -, James Clapper
- exDirector de Inteligencia Nacional -, Loretta Lynch - exProcuradora de
Justicia -, Sally Yates - exSubprocuradora de Justica -, John P. Carlin -
Seguridad Nacional del Departamento de Justica -, Andrew McCabe - exSubdirector
del FBI - y James Comey - exDirector del FBI -. Las investigaciones también
apuntan a determinar si los tribunales FISA fueron engañados por el gobierno de
Barack Obama en sus gestiones de espionaje o si también participaron
activamente en la conspiración.
Por el momento, y según hemos visto en este artículo, ya se
están acumulando fuertes indicios contra Barack Obama que, al menos por
hipótesis, lo empiezan a señalar como líder de esta conspiración contra Donald
Trump y EUA. Si las cosas siguen esta inercia, creo que será inevitable que las
indagaciones del Congreso terminen en el escritorio de Barack Obama. Y de ser
así, Barack Obama necesitará contratar como abogado al mismo Hermes, dios de
los mentirosos y ladrones, para poder persuadir al Congreso republicano de que
él no comandó esta conspiración. En efecto, Barack Obama necesitará de un
milagro en su defensa porque, cualquier argumento de hechura humana en favor de
su inocencia, tal como el torpe e-mail de Susan Rice, siempre será inverosímil,
cínico y hasta ofensivo, no ya para la razón, sino para el más simple sentido
común.
Notas de pie:
Enlace al primer artículo de la saga "Obamagate":
" Obamagate: ¿Van a
prisión Barack Obama, Hillary Clinton y otros demócratas?"
Enlace al segundo artículo de la saga "Obamagate":
" Obamagate: ¿El
FBI de Barack Obama conspiró contra Donald Trump?"
Enlace al tercer artículo de la saga "Obamagate":
"Obamagate: ¿qué hay en el explosivo memo FISA sobre el espionaje de
Barack Obama?"
Enlace al cuarto artículo de la saga "Obamagate":
"Obamagate: los demócratas de Barack Obama en pánico total por el
#releaseTheMemo."
Enlace al quinto artículo de la saga "Obamagate":
"Obamagate: Barack Obama sí realizó espionaje político contra Donald Trump."
Enlace al sexto artículo de la saga "Obamagate":
"Obamagate: Barack Obama sí realizó espionaje político contra Donald Trump."
https://www.sdpnoticias.com/nacional/2018/02/06/obamagate-los-medios-conspiraron-contra-donald-trump-y-eua
Puede leer este artículo también en el diario digital mexicano SDP, donde regularmente publico los trabajos o artículos que usted ve en el acervo de este blog.
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