Si nos atenemos a los
móviles reales y a las consecuencias muy previsibles de las caravanas de
ilegales que marchan hacia EUA, diría que esto apunta a terminar en un
escándalo que reportará muy crecidos costos políticos y de legitimidad a los
inmigrantes ilegales en EUA y a su principal defensor y promotor: el Partido
Demócrata. La tragedia es muy previsible porque el movimiento está perdiendo
legitimidad a velocidad pasmosa a medida que avanza hacia los EUA y en un
momento en que la opinión pública en ese país es muy desfavorable a la
inmigración ilegal. Una revisión de los sucesos más importantes en este asunto
nos da cuenta de esto. A eso voy enseguida.
Las caravanas no son espontáneas:
El 13 de octubre se empieza
difundir la noticia sobre la formación de una caravana de aproximadamente 1300
inmigrantes ilegales con punto de origen en Honduras y con destino a los EUA. A
partir de ahí se han ido generando otras tres caravanas hasta el momento. No
hay datos precisos sobre la cantidad de gente que participa en todas las
caravanas. Las cifras dependen mucho de la fuente. Se habla de 7000 y hasta de
14,000 personas. El caso es que son bastantes gentes, en una cifra que excede a
las anteriores caravanas.
El primer problema con este
movimiento es su timing, porque se empalma con el cierre de las campañas
políticas en EUA hacia las elecciones intermedias, que ocurrirán mañana. Esta “curiosa”
coincidencia de tiempo permite inferir con alta probabilidad de acierto que las
caravanas fueron armadas por algunos grupos de interés ocultos con la intención
de fabricar otra crisis humanitaria artificial en la frontera sur de EUA a fin
de influir en los resultados de las elecciones intermedias.
El verdadero móvil de los caravaneros: economía, no refugio.
Bartolo Fuentes, uno de los
organizadores más visibles de este movimiento, afirmaba al arranque que los
caravaneros estaban huyendo de la violencia de su país y que su objetivo era
solicitar refugio en EUA. Abordemos esto con sinceridad, sin afectaciones
sentimentales: ¿es cierto esto?
La reacción previsible de
una persona que sí huye de un alto riesgo de muerte por la violencia en su
sociedad es pedir asilo de inmediato en la embajada o consulado de primer mundo
más cercanos. Esto es así si nos atenemos a las posibilidades humanas conocidas
en este tipo de trances. El problema es que los caravaneros no se están
ajustando a esta reacción normal, la de un verdadero solicitante de refugio. Ni
solicitaron refugio en sus países respectivos y ni aceptaron la oferta de
refugio por parte del gobierno mexicano. Así pues, sus reacciones como
presuntos solicitantes de refugio no son creíbles por estar fuera de las
posibilidades humanas conocidas, lo cual nos obliga a desechar el móvil de
refugio como el motor de su movimiento.
Yo no pongo en duda que
algunos inmigrantes ilegales sí estén en la condición de verdaderos
solicitantes de refugio. Sin embargo, la experiencia en este asunto nos ha
demostrado que la solicitud de refugio se ha convertido en un recurso
estratégico y mañoso muy usual para introducirse en EUA con móviles económicos
y aprovechando algunos de los fallos de las leyes de inmigración en aquel país.
Los principales fallos son la razón creíble del miedo y la regla Flores.
La razón creíble del miedo
no está sustentada en ley alguna, se trata de una práctica administrativa más
en el proceso de relajamiento de las leyes de inmigración en los EUA. Ocurre
que anteriores gobiernos, especialmente el de Barack Obama, habían determinado
concederle refugio a cualquier inmigrante ilegal que, al ser atrapado en el
cruce, invocara el miedo a la violencia en su país como motivo de intrusión. A
su vez, la regla Flores exige que los inmigrantes ilegales que llegan
acompañados de al menos un niño sean liberados en suelo norteamericano después
de cierto tiempo de retención - 20 días -. Es la práctica conocida como: Catch
and release, atrapar y soltar. El problema es que el tiempo que lleva el juicio
para determinar si son sujetos de refugio o deportación excede con mucho el
tiempo límite para retenerlos, de tal manera que las autoridades de inmigración
tienen que soltarlos en suelo norteamericano mientras esperan su audiencia en
los tribunales. Y como los tribunales en esta materia están saturados de
trabajo, con rezagos de hasta 700,000 casos, ocurre que la audiencia se
verifica hasta con dos o tres años de atraso, tiempo suficiente para que el
inmigrante ilegal encuentre un trabajo y concrete su móvil económico en EUA. Y
peor todavía, porque según estadísticas del Congreso alrededor del 80% de los solicitantes
de refugio soltados en suelo norteamericano ya no vuelven a la audiencia en
tribunales y hacen vida en el país como inmigrantes ilegales permanentes.
Es el uso combinado de la
razón creíble del miedo y la regla Flores lo que ha convertido al recurso del
refugio en una estrategia muy eficaz de entrada ilegal a los EUA, por lo cual
se convertido en la estrategia más usada por los inmigrantes ilegales. El
problema es que esta estrategia mañosa ha estimulado graves problemas como el tráfico
de niños, cuyas consecuencias pueden ser realmente trágicas: robo de niños,
tráfico de órganos y pornografía infantil.
Criminales en las caravanas:
El 23 de octubre el
Departamento de Seguridad Nacional - Homeland Security - declara que en las caravanas
hay personas con antecedentes criminales significativos y personas provenientes
de Medio Oriente, África y Asia. Para el 2 de noviembre dicha agencia empieza a
ponerle cifras concretas a este asunto, cuando informa que existen casi 300
personas en las caravanas que son delincuentes condenados y pandilleros
conocidos. Y no hay razón para restarle credibilidad a las afirmaciones de
Seguridad Nacional si nos atenemos a lo que ha ocurrido en las caravanas. Hemos
presenciado el rescate de al menos siete niños de manos de traficantes de
menores, la deportación de al menos dos criminales por parte del gobierno mexicano,
así como algunos enfrentamientos muy hostiles entre caravaneros y fuerzas del
orden en México.
Tampoco podemos desechar el
dato de los caravaneros asiáticos si nos atenemos a lo que afirmó el presidente
de Guatemala el 19 de octubre pasado en un evento no conectado a las caravanas
en Washington D.C. En esa ocasión el presidente de Guatemala declaró que su
gobierno había detenido tiempo antes a casi 100 inmigrantes ilegales de Medio
Oriente con nexos con el ISIS. Sus declaraciones fueron un tanto genéricas, sin
dar muchos detalles, arguyendo motivos de seguridad nacional.
El exceso de dignidad de los caravaneros y sus abusos consecuentes:
Rodrigo Abeja, otro de los
organizadores visibles de las caravanas y activista de Pueblo sin Fronteras,
reconoció en entrevista a USA Today que la coincidencia en tiempo entre las
caravanas y las elecciones intermedias en EUA daba lugar a sospechas sobre la
legitimidad del movimiento, pero que eso no le importaba porque "es más
importante acompañar a la caravana…que preocuparse por los votantes blancos,
sentados frente al televisor con una cerveza."
La declaración de Abeja me
pareció muy importante porque su evasión confirma que el movimiento no es
espontáneo, pero sobre todo porque expone de golpe el grave problema de actitud
de los inmigrantes ilegales: no les importa en absoluto la parte de dignidad -
autonomía legislativa - de los ciudadanos norteamericanos contenida en las
leyes de inmigración que se han dado de manera democrática. Al hacer esto, Abeja
y sus caravaneros, como todos los latinos que entran ilegalmente a los EUA,
demuestran que no reconocen dignidad alguna a los ciudadanos norteamericanos y
que, por consecuencia, no los asumen como personas, sino como medios, como
simples cosas a su servicio, lo que los decanta en el abuso al realizar cruces ilegales.
Se trata de un abuso que no puede ser compensado con las aportaciones
económicas exiguas que hacen los ilegales en EUA, puesto que la dignidad humana
es un valor que no tiene precio por estar mucho más allá de nuestras nociones
ordinarias de valor económico.
Creo que este problema de
los inmigrantes ilegales se debe a que se han fabricado derechos especiales muy
arbitrarios para justificar su entrada irregular a los EUA y que se refleja en
un exceso de dignidad. He tratado este asunto de la dignidad humana y la
inmigración ilegal en otros artículos en este diario. Refiero al lector a uno
de ellos en la nota de pie 1 al final de este artículo.
Entra en escena el Chavismo:
El 23 de octubre el
vicepresidente Mike Pence declaró que las caravanas han sido organizadas en
parte por activistas de izquierda hondureños ligados a Nicolás Maduro,
añadiendo que cuenta con la información de inteligencia de soporte que fue
obtenida en colaboración con el gobierno de Honduras. Hay algunos datos que me
permiten darle buena credibilidad a las afirmaciones del vicepresidente Pence.
Vamos a los casos de Bartolo Fuentes y Noam Chomsky.
Bartolo Fuentes, quien es
ciudadano hondureño, participó desde el arranque como dirigente y organizador
de las caravanas. El gobierno de Guatemala lo arrestó y deportó hace días como
respuesta a las presiones de EUA para controlar a las caravanas. Pero Bartolo
Fuentes es mucho más que un simple organizador de caravanas. Él es dirigente
importante del Partido Libre de Honduras, y ya fue legislador por el mismo. Y
ocurre que el principal accionista de ese partido es Manuel Zelaya, quien tiene
nexos políticos importantes con el Chavismo y Nicolás maduro.
Al arranque de las
caravanas Noam Chomsky realizó algunas declaraciones en favor de las mismas. En
mi opinión, sus declaraciones estaban sobrecargadas de la ingenuidad natural de
un intelectual y un tanto de simulación. En esa ocasión Chomsky afirmó que los
caravaneros son auténticos solicitantes de refugio que huyen de la violencia en
su país. Ya sabemos que esto no es creíble, y me extraña que Chomsky no sea
sincero para reconocerlo. Pero el mayor problema es que Chomsky localizó la
causa última del problema en el golpe de Estado contra Manuel Zelaya en el año
2009, y fue demasiado insistente en ese punto, al grado que en su discurso los
caravaneros pasaron a segundo término y el golpe de Estado contra Manuel Zelaya
tomó el estelar. Este suceso, y el antecedente que tenemos de Noam Chomsky como
simpatizante del Chavismo, nos llevan en automático a Nicolás Maduro.
El estado de opinión pública en EUA:
Creo que ya queda claro que
las caravanas están perdiendo legitimidad a una tasa pasmosa a medida que
avanzan hacia los EUA. Se están convirtiendo gradualmente de un grupo humano en
crisis humanitaria, tal como la pretenden presentar los organizadores y la Falsimedia,
en una condenable operación política-electoral que insulta al pueblo
norteamericano y que pretende lesionar a su democracia. Pero lo más grave es
que los organizadores de este movimiento eligieron el peor momento para hacerlo
dado el estado actual de la opinión pública en EUA en torno al problema de los
inmigrantes ilegales. Veamos a continuación algunos datos importantes al
respecto.
En general, y desde meses
atrás, todas las encuestas en EUA indican que los dos problemas más importantes
en opinión de los electores son: la inmigración ilegal y el sistema de salud.
El 21 de junio se publica una encuesta de The Economist y YouGob donde el 64%
de los electores afirma que está en contra de la práctica del catch and release.
Ese 64% está a favor de la captura y retención de todos los ilegales, incluidas
familias, hasta su deportación. Solo el 19% de los electores está a favor de
seguir con la práctica viciada del catch and release.
El 22 de junio CBS News publica
los resultados de su encuesta "2018 Battleground Tracker", realizada
por YouGov, donde el 63% de los electores opina que las familias de inmigrantes
ilegales deben ser detenidas juntas y deportadas. Solo el 21% opina que las
familias deben ser liberadas en el país con la promesa de comparecer en su audiencia
en fecha posterior, algo que la gran mayoría no hace.
El 28 de junio el
encuestador demócrata Mark Penn declara que el 84% de los electores está en
contra de las ciudades santuario, lo cual significa que los inmigrantes ilegales
deben ser entregados a las autoridades federales de inmigración.
El 1 de julio Harvard
Harris publica su encuesta. El 70% de los electores está a favor de endurecer
las leyes de inmigración. El 60% a favor del muro de Trump. El 64% a favor de
detener y deportar a los ilegales sin soltarlos en el país, y el 61% en el caso
de las familias. El 69% de electores apoya al ICE o policía de inmigración. Y
el 51% opina que la inmigración ilegal incrementa la criminalidad en los EUA.
Los reportes de Rasmussen,
por su parte, estiman que el 68% de los electores opina que la inmigración
ilegal es un problema importante y que el gobierno no está haciendo lo
suficiente para remediarlo.
A la luz de estos datos ya
podemos inferir con máxima probabilidad de acierto que las caravanas tendrán
consecuencias políticas y de legitimidad muy funestas para el grupo social de
los inmigrantes ilegales en EUA. Gran ironía, porque si los organizadores
pretendían fortalecer a ese grupo, lamento mucho adelantar que le van a causar
un grave e irreparable daño. Pero los daños no paran ahí. Este movimiento reportará
más perdedores y ganadores imprevistos.
Las caravanas: un movimiento ruinoso para el Partido Demócrata.
Los demócratas en EUA han permanecido
en silencio durante el desarrollo de este suceso. Sólo muy pocos de ellos se
han referido al asunto y muy por encima y de pasada: los senadores Kamala
Harris y Ben Cardin, el representante Joe Kennedy, el gobernador John Kasich y
Barack Obama. Supongo que lo han hecho para darle cariño a esa minoría de
electores demócratas que apoyan la inmigración ilegal. Pero ¿por qué este
silencio de los demócratas? Es una pregunta fácil de responder: cálculo
electoral. En efecto, los demócratas saben que el público los tiene detectados
como los defensores de oficio y propulsores de los inmigrantes ilegales. Pero como
el estado de la opinión pública en estos tiempos es muy negativa y contraria a
los ilegales, han optado por sacar el tema de su agenda política temporalmente,
sólo mientras están en campaña. Y lo mismo están haciendo con otros temas
sensibles donde tienen mayoría de opinión en contra, como el control de armas.
Esa actitud de fuga de los
demócratas se corrobora gracias a una filtración que se dio el 14 de octubre a
través del New York Times. En esta ocasión la filtración se trataba de un memo
de los consultores demócratas del Center for American Progress y el Third Way,
construido con datos de encuestas propias, donde aconsejaban a los candidatos
demócratas que no hablaran sobre el tema de la inmigración ilegal en virtud de
que las posiciones demócratas son muy impopulares entre los electores. En su
lugar recomendaban enfocarse en temas más favorables para ellos, como el
sistema de salud y los impuestos.
Fue por lo anterior que el
20 de octubre los líderes demócratas en el Congreso - Pelosi y Schummer -
declaran lo siguiente: "el presidente está desesperado por cambiar el tema
de atención médica a la inmigración porque sabe que la atención médica es el
problema número uno que preocupa a los estadounidenses". Cierto lo que
dicen sólo en parte, porque el tema de la inmigración ilegal es tan importante
como el de salud en opinión de los electores estadounidenses. Además, el
problema del sistema de salud fue creado por Barack Obama.
Lo cierto es que esta fuga
demócrata no evitará que salgan muy dañados por lo mismo que dije arriba. El
apoyo de los demócratas a la inmigración ilegal ya se hizo una tradición en la
cultura política norteamericana, de tal forma que en la mente de los ciudadanos
se ha insertado una relación causal que se dispara en automático: problema de
inmigración ilegal, luego fue el Partido Demócrata.
Las caravanas: una coyuntura muy favorable para Trump y el Partido Republicano.
Trump y los republicanos
están al tanto de que el tema de los inmigrantes ilegales es de primer orden
para los electores norteamericanos y que siempre pone en predicamentos al Partido
Demócrata reportándole daños. No fue sino por eso que se dieron a la tarea de
armar una estrategia para darle prioridad en su agenda electoral al cierre, la
cual se echó a andar desde el 9 de octubre, día en que McCarthy, líder de la
mayoría republicana en la House, informa que presentará un proyecto de ley
titulado "Construya el muro, aplique la ley", que incluye la
financiación total para el muro fronterizo - 23.4 billones de dólares
adicionales -, así como otras medidas de reforzamiento a las leyes de
inmigración y los organismos gubernamentales encargados de ver por su
cumplimiento. Para ese efecto, McCarthy declara que es un hecho que los
ciudadanos reclaman mayor control de la inmigración ilegal.
El 13 de octubre sale una
filtración vía el Washington Post. En esta ocasión la filtración es sobre un
borrador de plan del gobierno para detonar la tolerancia cero de nueva cuenta,
aunque con algunas modificaciones para evitar la separación forzosa de
familias. El plan mantendría a los inmigrantes ilegales adultos en detención con
sus hijos durante los 20 días posteriores a su captura, para luego darle a los
padres dos opciones: quedarse en detención familiar con su hijo mientras se
culmina su caso en tribunales, lo cual puede llevar meses o años, o permitir
que los niños sean llevados a un refugio del gobierno para que familiares o
tutores puedan solicitar su custodia.
Precisamente el día en que
se da esta filtración al Washington Post detona la primera caravana: 13 de
octubre. Azar o no, la llegada de la caravana fue como lluvia en el estío para
Trump y los republicanos. A partir de entonces no perdieron ni un instante en
capitalizar el suceso al máximo. Donald Trump, republicanos notables y organismos
encargados de la inmigración ilegal entraron en una tormenta de declaraciones focalizando
los problemas que han ido surgiendo en las reacciones de las caravanas, y que
ya hemos revisado antes: refugiados ilegítimos, los móviles electorales y económicos
ocultos, criminales, asiáticos y africanos, violencia, Nicolás Maduro.
Elementos suficientes para calificar a esto como lo hicieron: amenaza a la
seguridad nacional. Y por supuesto que también se aplicaron a lo más
importante: recordarle a los norteamericanos que la causa de esto es la
tolerancia y laxitud de los gobiernos demócratas y de los demócratas en el
Congreso.
Creo que nadie definió
mejor esta buena coyuntura que Pat Buchanan, cuando el 21 de octubre declara
que la caravana de inmigrantes ilegales es la oportunidad del presidente Trump
para demostrar que puede detener la "invasión del tercer mundo a
Occidente", donde "Occidente" se entiende como EUA y Europa.
Fue precisamente luego de
esta declaración de Buchanan que Trump y los republicanos empiezan a poner en
acto la más poderosa palanca de los EUA: el ejército. El 22 de octubre Trump
califica a las caravanas como una emergencia nacional y alerta al ejército para
entrar en acción. Al siguiente día Mike Pence conecta las caravanas a Nicolás Maduro.
Para el 25 de octubre Trump está anunciando que usará al ejército para frenar a
las caravanas. Ese mismo día el Secretario de Defensa, el general James Mattis,
ordena 800 tropas para la tarea y se le bautiza como "Operación Patriota
Fiel". El 31 de octubre se reportan desplazamientos de blindados
artillados a la frontera vía ferrocarril y carretera, y ese mismo día se habla
ya de que serán emplazadas 7000 tropas. El 1 de noviembre se informa que los
milicianos - ejércitos no regulares hechura de Thomas Jefferson - se desplazan
a la frontera para ayudar en la tarea de protección. Y desde el 3 de noviembre
los militares ya están emplazados en puentes y puntos estratégicos de la
frontera instalando barreras y alambrada de púas.
Es durante esta aplicación
de la temible palanca militar yanqui que Trump anuncia el 30 de octubre que
emitirá orden ejecutiva para terminar con la práctica de la ciudadanía por
nacimiento para los ilegales, derivada de la enmienda 14. Con esto Trump detona
un tema de acalorada controversia en la historia norteamericana y que bien
merece un artículo especial. Por lo pronto, creo que no hay que subestimar esta
declaración de Donald Trump porque parece que sí es posible que eche abajo esta
práctica vía orden ejecutiva con rumbo a la SCOTUS - Suprema Corte de Justicia
-, donde el republicano ya tiene una mayoría de votos de cinco a cuatro.
Para el 1 de noviembre
Trump anuncia su plan contra las caravanas a grandes rasgos: los inmigrantes
ilegales ya no obtendrán un pase gratis; los que buscan asilo deberán
presentarse legalmente en un puerto de entrada; se suspende el catch and
release y se detendrá a los inmigrantes ilegales en campamentos de tiendas
gestionados por el ejército. A estas alturas se puede inferir que muy pocos
solicitantes de asilo serán aceptados, toda vez que el Departamento de Justicia
ha endurecido mucho los criterios para el refugio. Ahora no incluyen los
recursos más usados por los ilegales: el abuso doméstico y la actividad
criminal local.
El balance: ganadores y perdedores.
Creo que ya podemos inferir
con muy alta probabilidad de éxito el saldo de este suceso de las caravanas.
Como dije antes, habrá efectos políticos y de legitimidad muy ruinosos para el
grupo social especial de los inmigrantes ilegales en EUA. El Partido Demócrata
también reportará costos electorales y políticos. Verá mermada su votación en
las elecciones intermedias y pierde credibilidad en su programa a favor de los
inmigrantes ilegales.
Otros grandes perdedores en
esto podrían ser Manuel Zelaya, Nicolás Maduro y el proyecto chavista. Algunos
lectores podrían objetar esto aduciendo que la información de inteligencia en
la que se basa Mike Pence es un invento. El problema es que la veracidad no me
sirve para juzgar en este caso si me atengo al realismo político. Yo no sé si
lo que afirma Mike Pence es cierto o no, pero lo que sí sé por experiencia
acumulada es que EUA sólo necesita afirmar algo en base a sus sistemas de
inteligencia para que sea verdad para sus efectos y actuar en consecuencia. Es
esta cruda realidad la que me permite inferir posibles daños muy ruinosos para
el proyecto chavista en Latinoamérica, que de por sí ya está muy mermado y en
vías de extinción.
El Partido Republicano y
Donald Trump son los grandes ganadores en esto. Las caravanas han sido un
fabuloso ejercicio de psiquiatría aplicada donde los norteamericanos están cobrando
más conciencia sobre las irregularidades y riesgos que ocurren día a día en su
frontera sur. Son problemas de los cuales no cobran conciencia suficiente
porque ocurren en mucho menor escala en el día a día, granularmente, pero los
grandes números de las caravanas permitieron ese ejercicio positivo. Así pues,
creo que gracias a esto los republicanos recibirán una cuota adicional y muy
crecida de votos en las elecciones intermedias y verán muy fortalecidas sus
posibilidades de sacar adelante el proyecto de ley que adelantó McCarthy el 9
de octubre y titulado "Construya el muro, aplique la ley. Aunque el
proyecto de ley de McCarthy no contemplaba el tema de la ciudadanía por
nacimiento y a los DACA, creo que esta inercia favorable fortalecerá las
posibilidades de Donald Trump para echar abajo esos dos asuntos vía la SCOTUS.
Lo único que podría salvar
a los demócratas de estos costos es que tomen el control del Congreso en estas
elecciones intermedias. Sin embargo, si me atengo a la secuencia de hechos
electorales y políticos de los últimos tiempos, y a los extraordinarios
resultados de Trump en la gestión del gobierno, creo que eso es sólo
remotamente posible.
Si usted me pide que defina a
estas caravanas por sus consecuencias muy previsibles, sólo puedo decir que se
trata de un tiro en los pies. Si yo fuera inmigrante ilegal o político demócrata,
o bien un político chavista, mandaría el siguiente mensaje a los organizadores
de las caravanas: Ya no me ayudes, compadre.
Nota de pie 1:
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