Decía en mi anterior artículo que la gestión
indulgente y hasta colaboradora del gobierno mexicano con la inmigración ilegal
fue la causa de la crisis en la frontera norte y el conflicto binacional que le
siguió. Decía también que el resultado fue una derrota para AMLO donde Donald
Trump le transfirió a él todo el problema político de la crisis: la culpa, la
responsabilidad y la presión política consecuente. - Ver enlace a ese artículo
al final de este escrito -.
Pero estos problemas políticos para AMLO son apenas la
entrada del castigo que podría venir contra los mexicanos y justo donde más les
duele: los bolsillos. En efecto, desgraciadamente Donald Trump también nos está
transfiriendo gran parte de los costos económicos que los inmigrantes ilegales
le reportan a EUA; costos por los cuales la mayoría de los norteamericanos se
quieren deshacer de ellos. Y se trata de costos económicos que pueden superar
con mucho las posibilidades del Estado mexicano. Enseguida le explicó esto.
La inmigración sí deprime los salarios de los trabajadores del país receptor:
Los partidarios del open borders o la migración sin
límites niegan en redondo cualquier efecto negativo de la inmigración en los
salarios de los trabajadores de los países receptores. Pero están mintiendo o
no saben lo que dicen.
En EUA se ha realizado una gran cantidad de estudios
empíricos en esta materia y hay acuerdo casi unánime en torno a que la inmigración
sí reduce los salarios de los trabajadores nativos. Las investigaciones más
confiables, como las de George Borjas, sugieren lo siguiente para cada estrato
de habilidad laboral: un aumento del 10% en el número de trabajadores habrá de
reducir el salario en al menos un 3%. El lector ya puede deducir con facilidad
la forma en que juega aquí la inmigración porque el aumento en esta variable
implica un aumento en la oferta de trabajadores. Se estima que durante los
últimos 20 años la inmigración en EUA ha incrementado la fuerza de trabajo de baja
calificación - sin high school completa - en un 25%, lo cual ha reportado para
los trabajadores nativos ubicados en dicho estrato una pérdida de entre $800 y
$1500 - en dólares - al año.
Lo anterior va en perfecto acuerdo con la economía en
su texto, que nos dice lo siguiente a grandes rasgos: cuando la oferta de
trabajadores aumenta, el salario que las empresas deberán pagar por contratar
trabajadores disminuye; a su vez, el salario aumenta cuando la oferta de
trabajadores disminuye.
Lo que los trabajadores pierden en salarios se
transfiere a los empresarios que emplean inmigrantes en la forma de ganancias
extraordinarias. Es fácil de entender esto: si su costo por salarios disminuye
al emplear inmigrantes, entonces sus ganancias empresariales aumentan. Digamos
entonces que los inmigrantes en EUA son una suerte de impuesto contra los
trabajadores y cuya recaudación se transfiere en favor de los empresarios que
emplean inmigrantes vía disminución de salarios. Se estima que dicha
transferencia de riqueza desde los trabajadores a los empresarios por efecto de
la inmigración asciende a 500 billones - medio trillón - de dólares al año. Pero
la inmigración tiene más dimensiones económicas. Veamos enseguida dos de ellas.
Los estudios empíricos indican que los inmigrantes en
EUA reportan un déficit fiscal de al menos 54 billones de dólares al año. Esto
se debe a que, en comparación a los nativos, reciben asistencia pública con tasas
mucho más altas y pagan menos impuestos debido a que tienen ingresos más bajos.
También las investigaciones empíricas han probado que los inmigrantes
constituyen una ganancia neta de riqueza total - excedente económico de
inmigración - para los EUA, y se estima que asciende a 50 billones de dólares
al año.
Queda claro que la inmigración en EUA tiene su lado
sombrío y su lado luminoso. Como ya hemos abordado a grandes rasgos los dos
lados, estamos listos para hacer un balance de la situación.
La riqueza total anual que aporta la inmigración - 50
billones de dólares - es muy pequeña: el 0.1% ó 0.2% del PIB. Se trata de una
cifra tan pequeña, que difícilmente genera convergencia económica positiva para
el país - Hanson, Slaughter, and Scheve, Univ. Michigan -.
Cada año la pérdida de riqueza de los trabajadores
nativos ocasionada por la inmigración es nueve veces más grande que la riqueza
aportada por los inmigrantes al país: 500 billones de dólares contra 50
billones de dólares. Y cada año la inmigración genera un déficit fiscal
ligeramente mayor que la riqueza total aportada por la inmigración: 54 billones
de dólares contra 50 billones de dólares.
En suma, los grandes perdedores por la inmigración son
los trabajadores norteamericanos, especialmente los de más baja calificación, y
que son sobre todo latinos y negros. Como dije antes, su pérdida se estima en
500 billones de dólares al año. Los grandes ganadores son los empresarios que
emplean inmigrantes porque reciben la pérdida de los trabajadores nativos como
ganancias extraordinarias. Los inmigrantes también ganan porque están
recibiendo mejores salarios y mejor asistencia pública que en sus países de
origen.
Paul Krugman o el antiinmigrante y proinmigrante, según le convenga:
Como pretendo que el lector no tenga ninguna duda de
lo que he dicho hasta aquí, voy a valerme ahora de uno de los más importantes
ideólogos del open bordes o la inmigración sin límites como prueba adicional:
Paul Krugman. Será una prueba muy robusta en mi favor porque Paul se ha convertido
en uno de los instrumentos favoritos de los partidarios del open borders para
justificar su posición mediante la clásica falacia de la autoridad: Si lo dice
Paul Krugman, entonces es verdad. Paul recibió su certificado de instrumento
falaz triple A una vez que le otorgaron el premio del Banco de Suecia en
Economía en 2008, que es mal llamado Premio Nobel de Economía.
En fin, el caso es que en marzo de 2006 Paul Krugman
publicó dos artículos en el New York Times donde argumenta contra la inmigración
y basado en investigaciones empíricas que él considera bastante robustas, y
dentro de las cuales están las de George Borjas. Decía Paul en ese entonces que
hay tres conclusiones inobjetables contra la inmigración en los EUA. No cito
dichas conclusiones porque son exactamente las mismas que mencioné antes. Al
final de uno de sus escritos, y pese a su simpatía por los inmigrantes, Paul
Krugman no tiene más remedio que ceder ante los hechos para hacer la siguiente
recomendación de política: "Siendo realistas, tenemos que reducir el flujo
de inmigrantes poco calificados."
Pero Paul Krugman empezó a tener una transformación de
personalidad a partir de la reelección de Barack Obama en el año 2012, tiempo
en el cual se empezó a alinear al programa político de Obama. Uno de los
cambios que registró en su comportamiento fue eso de convertirse en un apoyador
resuelto del open borders y la amnistía a los ilegales. Ahí Paul sacrificó a su
yo economista a nombre de su yo político y panfletista. En enero de 2013, durante
una entrevista concedida a CNN, le preguntaron sobre la razón de esa
transformación y la respuesta de Paul fue la siguiente: "Todos los efectos
negativos de los que hablé antes ya están sucediendo; esas personas ya están
aquí y no las vamos a devolver, y sería un crimen contra la humanidad
intentarlo".
Lo importante por el momento es que Paul Krugman, uno
de los más importantes ideólogos del open borders, está de acuerdo en que la
inmigración tiene efectos negativos sobre los salarios de los trabajadores
nativos y en la sociedad norteamericana como un todo.
Los efectos económicos del acuerdo de migración de AMLO y Donald Trump:
El punto más importante del acuerdo de migración
alcanzado entre Donald Trump y AMLO es el referente a los PPM, Protocolos de Protección
al Migrante o el programa "Quédate en México". En este punto se
acordó que México dará alojamiento, trabajo, educación y salud a todos los
inmigrantes ilegales que soliciten refugio en los EUA mientras esperan su
audiencia en tribunales en aquel país. Sabemos que cada persona puede esperar
hasta tres o cuatro años hasta que se le dé su audiencia.
Por el momento el gobierno mexicano no tiene ni idea
de cuánta gente tendrá que alojar desde ahora y mientras dure este acuerdo, que
pueden ser meses y años. Sin embargo, nosotros podemos imaginar al menos la escala
del reto de manera muy gruesa con algunos datos sueltos por ahí.
Decía Marcelo Ebrard hace días que se esperaban hasta
1.5 millones de inmigrantes pasando por México hacia los EUA en el año 2019. Es
la cifra que estimaba el Homeland Security para este año antes de la firma del
acuerdo. Alrededor del 60% de esa población móvil son familias que buscaron o
buscarán refugio en EUA y que podrían ser retornadas a México. Estamos hablando
de 900,000 personas. Pero la cifra dependerá de la eficacia con que se
implemente el acuerdo. Sin embargo, al menos ya tenemos una idea sobre la
escala del problema que se nos podría venir encima. En el peor escenario,
podríamos estar hablando de cientos de miles de personas al año.
Bien, todos esos inmigrantes estacionados en México
tendrán los mismos efectos económicos que tiene la inmigración en los EUA por
la simple y sencilla razón de que los mercados de trabajo en ambos países
operan igual, bajo las leyes de la oferta y la demanda. Y los efectos serán
mayores a medida que los inmigrantes se acumulen en el país. Siendo así, en los
tiempos por venir ocurrirán las siguientes cosas en México.
Primera: los inmigrantes harán disminuir los salarios
de los trabajadores mexicanos. Ese efecto negativo se dará sobre todo entre los
trabajadores menos calificados, que son los más pobres. Para que se dé una idea
del tamaño del efecto negativo, le recuerdo que los estudios para EUA sugieren
que, para cada estrato de habilidad laboral, un aumento del 10% en el número de
trabajadores reduce el salario en al menos 3%.
Segunda: lo que pierdan los trabajadores mexicanos por
esa disminución de sus salarios será transferido como ganancias extraordinarias
en favor de los empresarios mexicanos que contraten a los inmigrantes. Le
recuerdo que esta transferencia de riqueza asciende a 500 billones - medio
trillón - de dólares al año para el caso de EUA. Con toda proporción guardada,
esto nos da una idea del tremendo golpe que podrían sufrir los trabajadores
mexicanos con este acuerdo.
Tercera: los inmigrantes aportarán muy poca riqueza
total y habrán de generar un déficit fiscal. La riqueza total que añadirán será
menor que el déficit fiscal que generen y mucho menor que la pérdida de ingresos
que generen a los trabajadores mexicanos.
En suma, los grandes perdedores por este acuerdo serán
los trabajadores mexicanos, especialmente los de más baja calificación, y que
son los más pobres. Los grandes ganadores serán los empresarios mexicanos que
contraten a los inmigrantes porque recibirán la pérdida de los trabajadores
mexicanos como ganancias extraordinarias. Los inmigrantes también ganarán porque
estarán recibiendo mejores salarios y mejor asistencia pública que en sus
países de origen. Pero la gran perdedora será la sociedad mexicana, porque al
final quedará con un déficit fiscal y sobre todo con unos trabajadores
mexicanos todavía más empobrecidos a causa de la inmigración.
Creo que ha quedado bien fundamentada la afirmación
que hice al abrir mi artículo. En efecto, con el acuerdo sobre migración Donald
Trump nos transferirá gran parte de los costos económicos que los inmigrantes
ilegales le reportan a los EUA; costos por los cuales la enorme mayoría de
norteamericanos se quiere deshacer de los inmigrantes ilegales. Se trata de
costos económicos que podrían rebasar con mucho las posibilidades del Estado
mexicano y meternos en problemas.
Desgraciadamente,
AMLO sigue sin aterrizar en el realismo político y afirma que su gobierno podrá
solventar los costos de esta situación. Yo creo que AMLO no está haciendo bien
sus cuentas o está mintiendo. Pero de eso me ocuparé en el siguiente artículo.
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